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—Hueningkai, tengo miedo.

—Shh. —el pelinegro llevó un dedo a sus labios en señal de silencio. El mayor no dudó en acatar su orden, aún si tenía miedo.

Cuando aceptó hacer aquello supuso que no sería tan malo, que solo sería un juego de niños, pero al ver todo más consciente estaba totalmente arrepentido. Solo quería regresar a su casa y dormir plácidamente. El temor que sentía no se comparaba con nada.

El lugar estaba completamente oscuro a excepción de las velas rojas encendidas que iluminaban un poco el espacio, mismas que estaban perfectamente colocadas sobre la estrella de cinco puntas dibujada con sangre en el suelo.

Una vela en cada punta. En el círculo que la rodeaba resaltaban extrañas palabras que, según le había dicho Kai, eran conjuros que usaban los satanistas y brujos para poder ver o entregarle ofrendas a Satán.

Estaban rodeados por arboles y extraños ruidos se oían a lo lejos, asustando aún más al mayor de ambos chicos. ¿Qué demonios hacía allí? No lo sabía. ¿Por qué no se iba? Porque quería saber si eso realmente funcionaba o no. Si no funcionaba se burlaría de Hueningkai de por vida, pero si sucedía lo contrario... bueno, nunca pensó en eso.

El pelirrojo se removió algo incómodo en su sitio al ver a Hueningkai tomar una navaja de su mochila.

—Mantente alejado, hyung. —pidió. El mayor así lo hizo pero no se alejó demasiado. —Recitaré unas palabras y luego cortaré la palma de mi mano. La sangre sangre tiene que caer sobre la estrella para que el ritual termine.

—¿Qué carajos? —musitó el mayor sin poder creerlo. ¿Eso no era doloroso?

El pelinegro no respondió. En cambio, comenzó a recitar las palabras que había leído en aquel extraño libro que había encontrado en la biblioteca.

Al terminar, simplemente abrió la navaja y sin dudarlo un segundo, cortó la palma de su mano. El pelirojo lo observó estupefacto cuando la sangre comenzó a caer en la estrella y al mismo tiempo, de la nada, viento fuerte comenzó a soplar.

—¡Hueningkai! —gritó el mayor sin poder creer lo que veía, ¿eso era real? —¡Detrás de ti!

El pelinegro volteó y lo último que vió fue a Beomgyu corriendo hacía él y humo rojo rodearlo completamente.

Luego, todo se volvió negro.

Luego, todo se volvió negro

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𝑇ℎ𝑒 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛 - 𝑆𝑜𝑜𝑘𝑎𝑖Where stories live. Discover now