11

857 87 7
                                    

Hueningkai debía admitir que los días en la gran mansión eran completa y llanamente: aburridos. No tenía nada para hacer, ni siquiera vislumbrar un hermoso jardín. ¡Porque la enorme casa ni siquiera tenía jardín! Lo que era una abominación, viera por donde se viera.

—¿Cómo se supone que se divierte? ¿Leyendo libros? —se dijo a sí mismo en lo que buscaba alguna película en una estantería de la sala.

No era una suposición tan errada, la casa estaba llena de libros por todas partes pero no había visto a Soobin leer libros en lo que iba de su estadía allí, que quién sabe hace cuánto está, y descartó rápidamente la idea.

—¿Qué haces? —preguntó el rubio al entrar a la sala.

—¿No tienes películas? —preguntó frenando su búsqueda. Soobin negó. — ¿Videojuegos? —negó nuevamente. — ¿Internet? —el rubio volvió a negar. —¡¿Y cómo se supone que te diviertes?! —Soobin se encogió de hombros.

—Trabajo.

—Trabajar no es divertido. —contestó inmediatamente. Soobin quiso responder pero el menor siguió. —Algo divertido es como ver películas de acción o pasar la tarde en un hermoso jardín ¡o ir a una fiesta con buena música! —se alteró. —Esto no es divertido.

—Para mí lo es. —el rubio se recargó en el sofá en lo que veía lo que parecía ser un álbum de fotos.

—¡Ni siquiera tienes ventanas! —señaló las paredes rojas con obviedad. —¿Por qué no tienes ventanas?

—No me gustan.

—Ah sí, no me digas. —dijo con sarcasmo. —¿No te gustan o no quieres que me escape? Si no mal recuerdo, el auto en el que fuimos a esa fiesta de tú amigo, Yeon o como sea que se llame. —Soobin no se rió, sus manos estaban fuertemente apretadas sobre el álbum de fotos. —Era completamente negro ¡y de vidrios camuflados! —se acercó a Soobin y el mismo cerró el álbum rápidamente. —¿Por qué era camuflado?

—Porque sí, ya deja de preguntar. —su tono se oyó brusco y tenso.

Hueningkai bajó la vista hacía el álbum de fotos y Soobin se quedó estático.

—¿Qué es eso? —Soobin se levantó rápidamente del sofá con el álbum en manos y se dirigió a su habitación. — ¡Soobin! —llamó.

Pero no volvió.

¿Por qué mierda tenían que pasar tantas cosas extrañas que lo involucraban y Soobin parecía no querer aclarar nada? Si así quería jugar, jugarían.

Lo malo es que seguro él terminaría perdiendo...

Lo malo es que seguro él terminaría perdiendo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

𝑇ℎ𝑒 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛 - 𝑆𝑜𝑜𝑘𝑎𝑖Where stories live. Discover now