Final

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El hospital, ahí era donde se encontraba.

Según los doctores había estado en coma por casi cinco meses y, por asuntos que no quisieron decirle, su situación era grave. Demasiado.

Había estado observando a las enfermas entrar y salir por al rededor de un día y era simplemente horrible, ya lo odiaba y no había estado despierto más de una semana.

—C-Creí que no despertarías nunca. —murmuró Taehyun aún lado de él, con su cabello ahora castaño.

Yeonjun y Beomgyu lo observaban desde el lado izquierdo de la cama igual de preocupados y sin poder creer que había despertado del coma.

—¿Dónde...? —quiso decir, pero su garganta dolió como la mierda. Sumando el hecho de que el respirador en su nariz era molesto y los cables y agujas aún más. Sentía su cuerpo pesado y todo de sí dolía.

Taehyun se acercó a él y dio leves caricias en el cabello negro de Hueningkai y quiso apartarlo pero no tenía fuerza alguna. Él no era Soobin, no se sentía como Soobin, quería a Soobin.

—¿Bin...? —preguntó y Taehyun paró de peinar su cabello, incómodo.

Se alejó de él y suspiró.

—É-Él... —Taehyun no continuó, su voz se ahogó y solo pudo sollozar. Hueningkai se sintió nervioso y Beomgyu se acercó a abrazar al castaño.

Sin embargo, Yeonjun carraspeó su garganta y Hueningkai dirigió su mirada a él.

—Él... —Beomgyu vaciló pero al fin lo dijo: —Soobin está muerto. —Hueningkai no supo procesar esa información. –o más bien no quería –y entró en un ataque de pánico.

Sus manos temblaron. Taehyun se alteró y los otros dos presentes allí también. Beomgyu fue a llamar al médico y la estúpida máquina a su lado empezó a sonar alterando más a todos.

Lo último que escuchó fue el gritó de Taehyun a Beomgyu de "¡No debías decírselo! ¡No podíamos alterarlo!" y luego todo se volvió murmullos.

Dejó de escuchar los gritos.

La luz en el techo parecía teñirse de rojo y sus manos no dejaban de temblar junto a las lágrimas en sus ojos. De su boca solo salía el nombre de "Soobin".

Sin darse cuenta, sintió su corazón latir en sus oídos, esa fuerte opresión en el pecho que lo hizo chillar ahogado y luego, sus ojos se nublaron cerrándolos por puro instinto.

Volvió a sentir el típico olor a ceniza que tanto le gustaba, y al que tanto se había acostumbrado, luego de unos segundos y como si alguien se apiadara de él, cuando abrió los ojos, la sonrisa de Soobin apareció frente a sus ojos.

Su cuerpo ya no dolía.

No sentía dolor en su garganta.

¡Ni siquiera el terrible dolor en el pecho!

—¿Creíste que te ibas a librar tan fácil de mí, bonito? —dijo el rubio al tenerlo a pocos metros con esa tonta sonrisa en el rostro.

Y claro que no iba a admitirlo, pero estaba sumamente feliz de verlo de nuevo. Por eso, no lo pensó dos veces antes de correr hacía él y besarlo. Clavó su dedo índice en la frente del rubio al separarse y con el nudo en su garganta haciéndose presente, dijo:

—Eres un imbécil.

Dejó otro beso, en lo que las lágrimas no dejaban de caer.

—También estoy feliz de verte, bonito.

—También estoy feliz de verte, bonito

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FIN

𝑇ℎ𝑒 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛 - 𝑆𝑜𝑜𝑘𝑎𝑖Kde žijí příběhy. Začni objevovat