¡Cupido en apuros!

¡Cupido, necesitas mi ayuda!

Miró detenidamente al chico delante suyo, alzó sus cejas al verlo sonreír como un rectángulo y cabellos largos y negros, era demasiado atractivo, pero no era su tipo, sólo tomó del café frente suyo y arrugó el entrecejo al sentirlo tan amargo, tomó el azúcar y agregó hasta estar satisfecho.

—Así qué, Jisunggie.

—Preferiría que me llamaras sólo Jisung.

Serio alzó una ceja bastante irritado con el atrevimiento de llamarlo como si fueran conocidos, lo vió reírse y asentir alzando su taza de té.

—Jisung, me presento, soy Christopher Bang MEJOR amigo de Innie.—había alzado la voz cuando dijo mejor amigo, dudoso de ese tono de voz asintió y esperó a que siguiera. ¿Para qué decir si es su mejor amigo? No le interesa, sólo está aquí por Jeongin y Hyunjin, no tiene tiempo para un celoso pelinegro.

—Se breve, ¿qué quieres? Tengo cosas que hacer.—suspiró y empezó a escuchar los pensamientos del risueño.

"Ahora entiendo porque Hyunjin te odia, maldito cachetón, si fuera por mi ni te hablaría, pero hago esto por Innie".

Que chico más irritante.

—Escucha, me dijeron por ahí que te declaraste a Jeongin, sólo te advierto que él ya gusta de alguien y sé que le gusta Hyun, sin redondeos, en serio.

Se burló cuando vió al mayor tener un tic nervioso en su ceja.

—Lo que quiero es tu ayuda para que Hyunjin por fin se ponga las pilas y dejé de ser tan llorón, Jeongin ya intentó de todo, se declaró, lo invitó a salir, le dió regalos, todo, menos, darle celos y por eso quiero hablar contigo, necesito tú ayuda.

—Yo ya tengo un plan para juntarlos y es la misma idea, el problema es que no necesito de ti ¿comprendes?

El azabache suspiró.

—Entiendo, pero déjame ayudarte, no quiero que Jeongin siga sufriendo por ese gatuno gruñón. ¿Si? Sólo, quiero que sea feliz por fin.

El chico no era malo, ni sus intenciones, pero no dejaba de ser irritante, sus intenciones eran de los más buenas, sólo quería que su mejor amigo fuera feliz con quién ama, suspiró y asintió.

—De acuerdo, acepto tú ayuda.

—¡Perfecto! Seremos los Cupidos de esos dos.

Jisung sonrió, realmente quería ser Cupido. Pero una vez más, por alguna razón, Minho vino a su mente, dejándolo petrificado.