extra #1; cómo un niño.

71 12 0
                                    

Cuando Christopher Bang conoció por primera vez a Kim Seungmin fue porque iba a visitar a su mejor amigo en la agencia, empezaba con su trabajo de modelo por primera vez aquél día, por lo que iba emocionado y listo para contar lo que me había pasado y lo mucho que lo disfrutó, había entrado sin previo aviso cuando escuchó una dulce voz, soltando un increíble y afinado alto, fue cuando lo vió dar la vuelta, un hombre unos centímetros más alto que él, de hombros anchos y cabellos negros, ligeramente largo, un rostro esculpido por los mismos dioses y esos gruesos labios, era la persona más bella que había visto en su vida, jamás creyó que encontraría a alguien así, había quedado en shock, sólo tenía ojos para el dulce chico que lo miraba curioso.

Desde entonces, cuando tiene día libre va simplemente para admirarlo, casi no conversaban, pero cuando lo hacían, Bangchan lo aprovechaba a lo máximo, admirando sus labios moverse, su voz hermosa, aquellas risas entretenidas y esos chistes que ni gracia tenían, pero por él, sólo por él reía, para Chan, Seungmin tenía el humor más precioso y certero del mundo, para Chan, Seungmin podía ser todo lo que quisiese, un comediante, un cocinero gourmet, un bailarín profesional, un cantante en la cima de la fama, un pintor extraordinario, todo y le saldría perfecto, todo y Chan sería su fan número uno.

Recuerda cuando Seungmin le avisó que hoy no estaría Jeongin en la agencia, ya que pidió ese día libre (para salir con Hyunjin), Chan no sabía que decir, su única excusa para ver a Seungmin era su mejor amigo, tendría que resignarse a no verlo ese día.

—Por lo tanto yo también tengo día libre, ¿te gustaría salir algún lado, Chan?

Era su día de suerte, ¡una cita con Kim Seungmin! No saltó ni gritó con emoción porque no quería asustar a Seungmin, así que dijo que sí lo más tranquilo posible, acordaron hora y lugar, fue en ese momento donde empezó a saltar tan alto como el colchón de su cama le era posible, chillando completamente sonrojado y con una gran sonrisa. Se dejó caer y suspiró encantado al techo, ese día sería perfecto.

Tomó un baño, tomó sus mejores prendas, pantalón negro suelto, camisa blanca y por arriba, un suéter color crema y zapatos negros, se veía bien, como debía de ser.

Suspiró, listo para tener aquella cita con Seungmin, debía calmar su corazón, dejar de temblar de la emoción y enfriar su rostro, se sentía un niño pequeño, tan emocionado, tan entusiasmado y tan desesperado para verlo ya.

Y así fue, llegó al lugar que acordaron, el centro comercial, entró al gran lugar repleto de diferentes tiendas y lo vio en el centro de todo, se veía precioso con aquel gran suéter rosa, esos pantalones blancos ajustados y ese cabello castaño que empezaba a ser cada vez más largo, era una tortura verlo y no peinar esos suaves y sedosos hilos achocolatados, cuando estuvo a su lado empezó la cita con un saludo y caminata a un restaurante de temática retro, de los 70s.

Cada uno pidió una canasta de hamburguesa con papas y una malteada, vainilla para Chan y fresa para Seungmin.

—Últimamente he visto que Honnie no se separa de Sunggie, desde que salió del hospital se volvió como su guardaespaldas.

Contó con gracia Seungmin, mientras unta su papá frita en la salsa de tomate, y la veía sumergirse, para seguidamente degustarla.

—Sung adora esa atención, parece un sol por lo mucho que brilla al verlo a su lado.

Contestó jugando con el popote de su malteada, completamente sonrojado cuando la atención de Seungmin se dirigió a él, el mayor sonrió melancólico.

—Siempre te veo muy observador con Sunggie, lo comprendes bien y se complementan.

Aquello había salido menos animado que hace unos minutos, pero Chan no lo había notado.

¡Cupido en apuros!Where stories live. Discover now