dos

979 69 0
                                    

Cuarto año de secundaria.

Recién habían finalizado las vacaciones de invierno, aún seguía haciendo frío pero Lean decidió subir a la terraza a escondidas a fumar un cigarro, muy pocas veces fumaba pero sentía demasiado estrés ahora mismo, había terminado con Camila y le habían puesto la condición de que termine de estudiar para poder seguir jugando al fútbol, a pesar de que el había intentado ya dejar el colegio.

Entro a la terraza intentando hacer el mínimo ruido, era una terraza bastante grande, siempre se encontraba solo ahí o eso pensaba el.

Liz desde el otro lado de la terraza estaba llorando como nunca antes, todo en su vida estaba yendo de mal en peor, lo único que podía hacer es rezar porque Lauti los saque a ella y a Licha de su casa así los tres podían estar felices y alejados de su mamá drogadicta.

Se abrazo así misma por el frío que hacía y siguió llorando, intentando hacer el menor ruido posible pero sollozando cada tanto.

- Liz? -escucho una voz enfrente suyo, una voz que ya conocía demasiado-

- Anda a romper los huevos a otro lado -murmuro Liz tapando su cara-

- Pero que pasa? vengo en paz -.

Liz levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Leandro que reflejaban preocupación en esos momentos, ella soltó un suspiro y tendió su mano hacia el haciéndole una seña para que le pase su cigarro

Leandro se sentó al lado de Liz pasándole el cigarro y espero a que suelte el humo para volver a hablar

- Es por tu mamá? -pregunto el-

Más allá de que Leandro y Liz no se hablen, el siempre fue muy amigo de Licha, sabía todos los problemas que tenían en su casa pero siempre de la perspectiva de Licha y es algo de lo que Liz estaba preparada para que sepan, solo que Licha siempre decía las cosas de una manera mucho más tranquila de como realmente eran

- Si, me quiero ir a la mierda ya -murmuro ella mirando el suelo- estoy cansada de lo mierda que es ella -.

- Si, Li me contó un par de cosas -hablo el agarrando el cigarro en la mano de Liz-

- Escuché pero Licha no dice ni la mitad de las cosas o no como realmente son -murmuro ella-

- Querés contarme? -pregunto el volteando a mirarla- Yo sé que nos llevamos mal pero quizá te haga bien -.

- Seguro lo vas a usar en mi contra -.

Lean miro a Liz con cierta tristeza, la entendía pero le dolía que ella sienta eso de el, no era una mala persona o por lo menos el no se consideraba así

- Dale Martinez, no soy tan malo como pensas -.

La puerta de la terraza sonó y se escucharon las voces de Cuti y Licha preguntando por Liz

Caminaron hasta encontrarse a ambos, Licha vio los ojos cristalizados de Liz y miro con cara de orto a Lean

- Que le hiciste? -.

- No me hizo nada -contesto Liz- estaba llorando y apareció acá -.

- Llorando? por? -pregunto Cuti confundido y entonces Licha la miro preocupado-

- Maria? -pregunto Licha sentandose al lado de ella-

Liz asintio tapándose la cara otra vez, le dolía y avergonzaba no ser igual de fuerte que el, siempre se mantenía con una sonrisa ante todos

- Está bien estar mal, Eli -se escucho la voz de Lean-

La mano de Lean se poso con ciudado en el brazo de Liz para que ella no se sobresalté, ya sabía que no le gustaba el contacto físico repentino, lo había notado varias veces

Cuti se sentó frente a ellos, el nunca sabía que decir, era el único que sabía la historia completa y varias veces habia intentado ayudar pero nunca sabía cómo.

Lean, Licha y Cuti se quedaron en silencio haciendole compañía a Liz durante todo el recreo hasta que ella se sienta con ganas de hablar

- Me volvió a encerrar y a pegar -murmuro ella aún con vergüenza- me grito un montón de cosas, me hizo sentir la peor mierda, me duele el cuerpo ya de tantos golpes -.

Liz levanto un poco su pantalón dejando ver algunos moretones en sus piernas y se sacó el buzo dejando ver todos los golpes, cortadas o quemaduras que tenía en el brazo

Los tres la abrazaron por un rato hasta que sonó la campana para volver a clases.

Cuando todos se levantaron para irse, Licha miro a Liz inseguro

- Tranquilo Li, si dice algo no vuelve a jugar fútbol en su vida -hablo Liz en voz alta para que Lean escuché-

- Tranquilos, no voy a decir nada -contesto el y siguió caminando con Cuti-

Llegaron a el salón los cuatro, el profesor volteo a verlos para retarlos pero se encontró con la mirada triste de Liz

- Pasen, justo estaba empezando -.

Liz se sentó al lado de Lean, estuvieron toda la clase en paz, el no omitió ni una palabra hacia ella para joderla, solo hablaban para preguntarse cosas de la clase.

- Gracias por entender y hoy no estar tan molesto -le murmuro Liz-

- Viste que no soy tan malo -.

Ambos se sonrieron levemente y siguieron con el trabajo que les habían dado pero en la mente de Leandro solo pasaban ideas de como ayudarla, no se podía ni imaginar que tan golpeado estaba el resto de su cuerpo.

mi otra mitad | leandro paredes Where stories live. Discover now