Capítulo 9: La Cortina de Humo

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Naruto acomodó su mochila y siguió su camino de salida de aquella aldea. Aún aburrido porque la misión que esperaba fuera emocionante y quizá algo peligrosa en realidad no lo fue. Al contrario, había sido simple y fácil de realizar. El modo con la que Kakashi se la había comentado hizo que quisiera aceptarla de inmediato, mucho más cuando le dijeron que era una misión para solo un ninja. No es como si no le gustara pasar el tiempo con sus compañeros de equipo o con Sasuke. Los amaba, amaba a Sasuke. Pero necesitaba el tiempo a solas.

Llegó a una intersección en donde el camino se dividía en dos. Miró hacia ambos caminos y escogió el que iba hacia la derecha.

Así que aún no quieres regresar. Comentó Kurama con clara diversión. ¿Evitando a alguien? ¿O algo?

—Sabes que no es eso—bufó con molestia. Luego suspiró—. Solo necesito pensar un poco.

El camino era montañoso y el más largo para regresar a Konoha. Pero había terminado la misión de espionaje bastante rápido y no había tenido el tiempo para pensar lo que quería.

Cuando te comenté la idea parecías feliz.

—¡Y lo estoy! Es- es una buena noticia...

Pero...

—Pero...—se detuvo. Pero todas esas condiciones me dejaran vulnerable.

Ambos se quedaron en silencio. Cansado mentalmente por todo lo que había estado dando vueltas al asunto, Naruto se sentó sobre una de las rocas y apoyó sus codos sobre sus rodillas, sus puños sosteniendo su frente.

No quiero perder toda mi fuerza.

Todo tiene un precio. Este es no es un simple jutsu, esta es la creación de órganos que no tienes, la modificación de tu cuerpo, la-

—¡Lo sé! —exclamó levantando la cabeza y alzando los brazos. Había estado escuchando a Kurama explicarle varias veces todo lo que tendría que sacrificar para que esto sea posible— Ya me lo explicaste varias veces.

Naruto. Kurama suspiró. Te lo repito porque quiero que estés seguro de que quieres hacerlo.

—¡Quiero hacerlo!

Lo sé. Pero aún así tienes miedo.

—¡Claro que tengo miedo! Yo...— No podré defenderme, no podre luchar, no tendré chakra, todo lo que me había esforzado por ganar... lo perderé.

Y lo recuperarás.

Después de varios meses, tengo miedo de que algo suceda en la aldea y no pueda estar ahí para defenderla.

Naruto. Tú no eres el único que defiende Konoha. Deberías confiar más en tus amigos, en tus compañeros. No es solo tu aldea, es de todos. Estoy seguro que si no estás capacitado por unos meses para luchar, el resto lo hará muy bien. Serás el héroe de Konoha pero no eres el único que tiene. Sé egoísta esta vez y haz lo que quieres sin tener que estar pensando en lo que puede pasar con el resto. Ellos estarán bien.

Naruto escuchó a su amigo mientras cerraba los ojos. Él realmente estaba emocionado por la idea, era algo que él quería y quería para Sasuke. Era un hijo. Era un hijo para ambos, era la formación de una familia. Algo que ambos anhelaban tener y que se habían resignado a que quizá sería imposible. Porque Naruto sabía que Sasuke quería un descendiente Uchiha y pese a que a Naruto no le molestaba que fueran a adoptar, él quería un hijo que se pareciera a él o a Sasuke. Quizá era ridículo porque habían muchos huérfanos por la guerra y la idea de adoptar era magnifica... Aún así no podía evitar soñar.

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