Capítulo 5

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Francesco.

No debo meterme en más líos.

Mi cabeza lo entiende, pero otra parte de mí lo ignora abiertamente.

Esto no tiene que seguir. No puede, sin embargo; me encuentro besando al hombre que devuelve la misma actitud dominante. Esto no funciona en ningún caso, nunca se ha visto. Me lo llevo repitiendo desde que lo conocí, y simplemente no es impedimento para seguir en lo mismo.

Quizá sea porque lo veo tan adictivo. Es algo jamás conocido y quiero probar a que sabe. Sonrío en medio del beso y este se aleja.

__ La venta... - se aclara la voz - La venta se puede dar en la mañana, si así gustas.

No evade mi mirada, ni cambia ese modo profesional. No huye y más cuando me acerco.

__ Con el papeleo puedo ayudar para que sea más rápido, pero debe ser habitado desde pasado mañana. - lo veo enviar la fotos a Dante - Si hay alguna especie de...

__ Evadir, puede funcionar.

__ No evado nada. Solo que no es tiempo de quitar ganas - es directo - Los negocios son primero.

__ El placer después. - añado. - Estoy seguro que huirás. Ya lo he visto antes.

__ Ten claro que no soy de huir y si quiero algo lo voy a tomar. - esclarece - así que después de hacer el negocio, podemos hablar o pasar directamente a lo que ambos queremos.

Me sorprende la familiaridad con la que aborda el tema. No se muestra temeroso ni me baja la mirada, es solo un sujeto sin miedos que quiere lo mismo que yo. Finalizar con el deseo ardiente que está creciendo.

__ Muy bien, William. Te espero mañana para terminar con nuestro tema. - me río dejándolo atrás. Me molesta no hacerlo de una vez, pero no soy de rogar y él tampoco.

Sabe cómo salir y el sistema de seguridad se cerrará en cuanto abandone la propiedad por lo que no espero a que se retire antes de hacerlo.

Enciendo el cigarrillo dentro del vehículo mientras ignoro las llamadas de quién sea que insiste en comunicarse conmigo en todo el camino. No estoy de ánimos y menos cuando observo a Donato en la puerta, esperando por mi llegada.

Aplasto el cigarro con mi zapato, suelto una exhalación para luego mover el cuello a medida que entro a la casa.

__ ¿Porqué no contestas? - reclama siguiendo mis pasos. - Puede tratarse de algo urgente y con tus evasivas solo causas que haya un desastre, que no pienso permitir.

__ ¿Lo era? - llego a las escaleras.

__ No, esta vez...

__ Ahí tienes. Si lo fuera, lo oliera desde la distancia y sé que cuando llamas solo se trata de joderme. - no se cansa de seguirme y me exaspero de oír como me persigue - Donato, quiero dormir. Busca a alguien a quien molestar con tu presencia antes que me harte de verte.

__ Tenemos que hablar de los resultados de Ginebra. No quiere que nadie sepa nada.

__ Por algo será. - llego a mi puerta. Coloco mi huella en el sensor y quita el seguro.

__ Eres su marido. Exige que nos lo diga. - pide ridículamente. - Tenemos derecho a saber si la única razón...

__ No soy quién para exigir nadie a mi esposa. - exclamo. - Si ella no quiere decir nada, sus motivos tendrá y aceptar es lo único que te queda, ya que según tú, la esposa del líder cuenta con el poder suficiente para decir o guardar la información que crea necesaria.

__ Eso mismo le dije. - habla la mencionada en la puerta de al lado. Con una pijama de satén y descalza se recuesta en el marco. - Pero a mi querido suegro le gusta practicar para cuando no escuche.

Impact (Libro 4 Dinastía Indestructible) Where stories live. Discover now