Capítulo 11

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Francesco.

La consciencia no me deja dormir en paz, cada acción provoca una reacción dicen por ahí, y empiezo a comprobarlo.

No tolero a nadie indeciso y resulta que en este momento soy ese.

Salgo del vehículo rumbo a la bodega donde se acordó hacer el encuentro con Cem Aslan, por ello no me sorprende ver la cantidad de seguridad que hay en todos lados. Teme que por ser alguien de menor rango, casi renegado, puede ser atacado, y no se equivoca. Lo pensé en su momento, pero iniciar una persecución contra alguien por el momento no es lo que quiero.

Todos abren camino a medida que paso entre ellos, mi gente los ve con superioridad. Ellos son fuertes, entrenados en pelea cuerpo a cuerpo y supervivencia. Pero nosotros en combate a un nivel superior, sobrevivir con nada a la mano, en lugares inhóspitos, equipamientos de elementos que ellos solo sueñan. Por ello, no es necesario recordarles quienes quedarían reducidos a nada.

En el fondo encuentro a Cem, sentado junto a su hijo pequeño con un tablero de ajedrez, mientras juegan sin hacer un solo ruido. El tipo de barba poco robusta, es enfrentado por un niño que se le nota no es la primera vez en jugar algo tan estratégico, como lo es un tablero que fue tomado por Donato, para explicar lo que sería mi vida a la misma edad del niño.

__ Mueve el caballo de ahí o lo perderás. - le digo a Cem, sin embargo es el turno del niño adelantándose al movimiento que deja sin el único caballo a su padre. - Es inteligente.

__ Tiene lo básico, lo que tuviste tú, lo que tenía yo a esa edad. - dice Cem. - Pero quiero que sea imparable. Que tanto sea su nivel, que lo comparen con los mejores.

__ A ese nivel casi nadie llega.

__ Yo puedo hacerlo - dice el crío sosteniendo la mirada en mi dirección. Enarco una ceja y no se inmuta. - Puedo hacerlo.

__ Calma, pequeño león. - el brazo de su padre toca su hombro. - Esto me toca a mí, lo tuyo es el resto.

__ Sí, padre. - se queda en su lugar mirando las piezas en lo que observo al niño que vi llegando lleno de barro el día que fui a Turquía.

Tiene madera de líder, no de seguidor. Su sola imagen me hace pensar en que la sangre a veces se supera sin siquiera pensarlo. No es sólo buscarlo, sino traer el éxito en las venas y Ferhat Aslan se nota a leguas que es alguien que si sabe moverse puede escalar tan alto como se lo proponga.

__ ¿Tienes cuanto de entrenar? - le pregunto al crío. Levanta la mirada de nuevo.

__ Dos años, señor. - contesta sin titubear.

__ La vida es regida por...

__ La vida es regida por la fuerza a la que es enfrentada para evitar la dolorosa muerte. - termina por mí y sonrío. - Aquellas fuerzas físicas que no son utilizadas por tí, serán usadas en tu contra. Contraatacas o te derriban...

__ Para convertirte en líder o en basura.

Su padre rodea la mesa entretanto el hijo parece haber sido modificado exclusivamente para ser quien lleve por un camino distinto a los suyos. La carga que lleva sobre los hombros no es pequeña, pero presiento que la sacará a flote.

__ Escuché que el korol busca plutonio.Tengo una cantidad que puedes obtener para él. - ofrece el turco.

__ Las negociaciones con ese tipo de materiales se hacen directamente con el korol. - declaro desde mi lugar. - No me compete más que el monitoreo.

__ Pero encontrar a un Mikhailov es una tarea casi imposible. - manifiesta serio. - Hace justicia al dicho que, solo verás al diablo cuando quieras conocer el infierno.

Impact (Libro 4 Dinastía Indestructible) Where stories live. Discover now