Capítulo 8

460 84 6
                                    


William

El corazón me late desbocado. El pulso lo tengo disparado pero no puedo detenerme ahora.

Lanzo la tela por el balcón asegurando que los nudos no se suelten.

__ Escúchame bien, campeón. Vas a bajar por ahí, en cuanto llegues abajo corre y no te detengas hasta que llegues a mi auto. Abre la puerta y enciérrate ahí. - establezco subiéndolo al muro para que comience a descender.

__ ¿Porqué por aquí?

__ Hay peligro cerca. ¿Recuerdas lo que hemos hablado de eso? - asiente. - Pues ahora, debes hacer todo lo que digo.

Se aferra a la estructura del balcón en tanto toma con la otra mano y lo ayudo a bajar lentamente. Los pasos están cada vez más cerca y puede que no alcance a bajar también, pero comienzo hacerlo cuando está a la mitad del camino.

Se queja porque le duelen los brazos pero indico que no debe soltarse hasta que lo veo seguro y así cae al piso, comienza a correr como le dije. Toco el mármol, siguiendo el camino recorrido de Giulio quien veo entrar al auto.

__ ¡El niño está escapando! - alerta el que sale por el balcón. Un sujeto con la cabeza rapada, es lo único que distingo. Giulio me abre la puerta del conductor haciendo más fácil mi entrada en este. Busco el mando a distancia del portón de entrada el cual pulso moviendo el vehículo en retroceso.

__ ¡Mantente abajo y no te levantes! - ordeno apresurado viendo que el portón aún no se abre del todo, pero los hombres comienzan a dispararnos. Temo porque le den a las llantas y sin importar el como la lata se aplasta al ser forzado, acelero.

Me importa sólo lo que llevo en el auto y aún con no tener idea de como quitármelos de encima, acelero cuando salen corriendo.

__ Papá. - escucho a Giulio. Está asustado, pero solo me enfoco en la furgoneta azul que nos sigue. Sea quien sea, está decidido a no dejarnos ir porque le pone velocidad también.

__ No te levantes. - asiente escondido en el asiento de atrás. Apenas levanta la cabeza para verme, poniéndome a odiar el que no tenga una sola idea de qué hacer.

Corro el peligro de ser detenido, enmedio del tráfico, el cual me obliga a serpentear sin poder perderlos. El que el teléfono no deje de sonar me desespera más, pues de seguro se trata de Rebeca queriendo saber lo que ocurre, no obstante, no tengo respuesta para ella. No cuando no puedo asegurar que todo está bien si los tengo siguiendome el paso a la misma velocidad que llevo.

__ No se van. - me dice Giulio.

__ Lo sé. Lo sé. - me frustro. Un proyectil de arma impacta en el vidrio trasero, atravesándolo por completo logrando que baje la velocidad al bajar mi cabeza.

Intento buscar una salida. Un camino el cual seguir para no tener a alguien que me imposibilita asegurar la vida de mi hijo, pero solo obtengo no poder pensar con claridad conduciendo sin entender que camino estoy tomando.

__ ¿Vamos a la casa de la mujer bonita? - pregunta Giulio de repente, sacándome de mi ensimismamiento.

__ ¿Que? - otra bala rompe el espejo en mi puerta, quieren cegarme para que no los vea cuando quieren ponerse a la par. Sin embargo, con una dirección en la cabeza, piso el acelerador hasta el fondo.

Conocer la zona me da para saber dónde estarán vigilando el mayor grupo. Es una decisión muy arriesgada. Pero no tengo opciones. Debo poner a mi hijo a salvo y por ello no hago caso cuando veo a los francotiradores que hay en el techo y muro de la casa.

__ ¡Mantente abajo! - le grito a mi hijo cubriendolo con mi cuerpo cuando impacto el auto contra el portón.

Giulio me abraza y hago lo mismo esperanzado en que no abran fuego toda la vigilancia, lo único que puedo escuchar es que nos tienen rodeados. Me exigen salir, en tanto solo verifico que quienes nos perseguían no estén.

Impact (Libro 4 Dinastía Indestructible) Where stories live. Discover now