✱ : ❛ Lalisa, la Diosa de lo Bello, huye del los dominios de la Diosa Creadora, desatando su furia, en búsqueda de su libertad y felicidad, para vivir una vida sin presiones.
Va hacia el Inframundo, la Tierra de los Dioses Muertos, dónde conoce a R...
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Miles de años después de su último encuentro, volvieron a verse, aquellas dos hermanas que habían iniciado cada uno de los Mundos, aquellas que habían comenzado todo, ahora podían terminar su rivalidad.
—JooHyun. —dijo JiSoo, sonaba tan tranquila y segura, igual que antes, igual que siempre.
En secreto, JooHyun siempre había admirado la forma que tenía JiSoo de ser, siempre más fría pero más tranquila, más seria pero que aún así te dejaba en libertad de hacer la tuya, pero con solo verla... Sabías que ella estaba al mando sin necesidad de hacer algo.
JooHyun nunca podía demostrar el poder de esa forma tan tranquila, y siempre lo supo, desde el principio de los tiempos.
Por ello había querido tener el control de todo, pero sabía que no podía sola, por eso tenía tantos Dioses para hacer las tareas que ella no podía manejar, pero en los últimos cientos de años parecía que tantas creaciones habían agotado su energía, quizás sus poderes ya no eran lo mismo.
Estaba segura que JiSoo, que nunca había abusado de sus poderes como ella, porque ella no tenía que demostrarle nada a nadie para que reconozcan su presencia, podría terminar con ella tan fácil.
—JiSoo... —murmuró, sentía sus piernas temblar, estaba agotada, de tantas catástrofes, de destruir a la joven Diosa, sin lograrlo... Quería descansar.
—Vine a reclamar lo que también es mío. —dijo.
—Nunca te importó, ¿Por qué te importaría ahora? —JooHyun rió.
—Porque a tí tampoco te importa —atacó—, si te importara no destruirías todo cada vez que tengas un berrinche, si te importara cuidarías de lo que hicimos juntas, a todas las criaturas, a los Humanos y cuidarías a tus Dioses también.
JooHyun no respondió, si era sincera había dejado de importarle demasiado hacia bastante, porque encontraba todo tan repetitivo y aburrido, que su mayor entretenimiento era cuando había un problema con alguno de los Dioses.
—Vengo a buscar a la Diosa de Todo lo Bello también. —agregó.
—Esa ‹‹Diosa›› —hizo comillas con sus dedos—, ya no existe —dijo la mayor, sonrió y tuvo unas enormes ganas de reír, se estaba mintiendo a sí misma—. Esa escoria no debería de estar ni siquiera en la porquería de tu Mundo.
JiSoo estaba realmente molesta por el tono que voz de la otro, tan soberbia como siempre.
—Lisa decidió escapar de tu Mundo porque era una porquería, no tengo que ni siquiera estar allí para saber que lo es —JiSoo se acercó a ella a paso firme, JooHyun no retrocedió, no se movió—. Nada próspero puede crecer en la sombra del egoísmo, hermana, y tu Mundo es una prueba de ello.
>> ¿Cuántos Dioses has expulsado? ¿Cuántas criaturas has mandado a mi Mundo porque ya no cumplían con tu capricho? Ni siquiera sabes cuántos... Pero todos dicen lo mismo: Ir hacia el Inframundo es lo mejor que les ha pasado en su existencia. Y Lisa lo sabía incluso antes de ir hacia allá, incluso encerrada en tú Mundo...
