DxD: Una dirección diferente

Capítulo 17: Primera muerte

No había palabras que pudieran describir adecuadamente lo mal que se habían vuelto las cosas.

La información que se le dio a Sona, solo había sido la mínima, y ​​esa falta de inteligencia le estaba costando.

Una vez que su nobleza se reunió en la oficina del consejo estudiantil, se llevó a cabo una breve reunión sobre lo que sabían.

Un obispo que había desaparecido hace más de un año, después de matar a dos miembros de la nobleza y a un transeúnte en el inframundo. Según el informe dado, el obispo se había vuelto lo suficientemente fuerte como para hacer que la pieza malvada mutara.

Una vez que eso sucedió, la avalancha de poder hizo que una discusión se saliera de control. Todo había ido cuesta abajo desde allí.

Con toda su nobleza reunida y lista, el grupo debería haber podido enfrentarse a un extraviado de clase B.

Dado que el sirviente era un obispo, Sona había anticipado que sería un usuario de magia, y el Sacred Gear de su reina sería una contramedida crítica. Es probable que Issei sea lo suficientemente poderoso como para manejar la mayor parte de la pelea, pero no tenía experiencia en combate real.

Solo Tsubaki, Tomoe y ella misma se habían ido a más de 2 cacerías perdidas. Momo y Reya eran competentes en sus campos elegidos, pero aún la necesitaban para tomar decisiones rápidas.

Su plan habría funcionado si las cosas no hubieran tomado un giro extraño.

"¡Rias! ¡¿Dónde diablos estás?!" Sona gritó en el círculo junto a su oído, su máscara de indiferencia se hizo añicos.

Su nobleza, su familia , estaba dividida y herida. No había visto a Yura, Tomoe o Ise desde el derrumbe del techo de una casa vieja y abandonada al borde de un bosque.

Eran el grupo menos equipado para manejar incluso a un usuario de magia experto, y mucho menos lo que sea que fuera esta cosa.

"¡La magia de mi familia parece ser lo único que funciona con ellos! Akeno, Kiba y Koneko los mantienen a raya, pero hasta que pueda matar a suficientes, no podemos movernos". Sona podía escuchar lo molesta y cansada que Rias estaba pasando por todo esto.

Su amiga puede tener talento con el poder de la destrucción, pero como era el caso con la mayoría de los demonios de clase alta, Rias no había pasado mucho tiempo entrenando. Su resistencia estaba siendo desgastada por la gran cantidad de clones de esta molestia.

Eso no estuvo bien. Sona esperaba que Rias hubiera podido acabar con su grupo y reunirse para encontrar a los miembros desaparecidos.

La heredera de Sitri miró a sus oponentes.

No sabía que a Rias se le había encomendado la misma tarea, de lo contrario, habría sugerido que buscaran juntos. Si los ancianos pensaron que era mejor enviar a ambos grupos, Sona sintió que la cooperación habría sido la mejor opción.

En lugar de estar rodeado por lo que parecía ser una criatura del tipo mente de colmena.

La extraviada parecía andrógina, siendo un par de pulgadas más baja que ella. Las 8 copias idénticas se balancearon en perfecta sincronización, con una extraña sonrisa que hizo que el extraviado pareciera completamente exhausto. Los brazos de la criatura estaban estirados, llegando hasta las rodillas, y donde una vez hubo dedos, los reemplazaron largas y delgadas garras de un negro como la tinta.