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Los primeros rayos del sol comenzaban a salir por el horizonte, todo estaba tranquilo como de costumbre, el canto de los pájaros se hacía presente como cada mañana, sin falta alguna.

Ella lentamente comenzó a abrir sus ojos, tratando de adaptarse a la luz natural. Miro a su lado, aún somnolienta, encontrándose con el relajado rostro de su amante.

Con una sonrisa algo débil, aún somnolienta, acercó su patita hacía la mejilla del felino español y empezó a acariciarla con cariño. Provocando un ronroneo por parte del español y que este empezará a despertar.

—Buenos días, Señorita mía —el susurro con su voz algo ronca.—

—Buenos días —ella le devolvió el saludo, sonriendo leve y sin dejar sus caricias— ¿Cómo dormiste?

—Junto a tí duermo exelente, Kitty —hablo de manera coqueta— ¿Y usted bella dama?

—Dormi de maravilla, aunque naturalmente eso es de todos los días —solto una suave risa y mirando los ojos de su pareja— Ya que tengo al gran Gato con Botas a mi lado...

El felino anaranjado sonrió ampliamente al escuchar esas palabras, en cierto modo se sentía orgulloso de saber que a la gata bicolor le agradaba estar con el y que a pesar de todo, lo seguía amando tanto como el a ella.

Con una sonrisa coqueta, se apego más a su amante y empezó a repartir besos en el rostro de esta, haciendo que ella riera al sentir una cuantas cosquillas por su acción.

[....]

Por otro lado, mejor dicho; otro mundo.

En los adentros de aquel lugar oscuro y sombrío, claramente había muchas almas en pena por doquier, el lugar también estaba lleno de fuego, y el olor ni mencionar, era un fuerte aroma de azufre, fuego y cenizas.

Solo se podía decir que este lugar...

Era El Limbo.

Se podía observar en una especie de cama, echa de concreto sólido, había un lobo que parecía a medio morir, estaba totalmente tirado ahí sin ánimos de poder seguir adelante. Obviamente no se encontraba nada bien, apenas si se levantaba para poder cumplir su labor como La Muerte.

Podría parecer imposible, eso era claro, digo...

¿Podría ser que la mismísima Muerte tuviera fiebre?

Pues creo que no, pero eso era cierto, para el también era nuevo aquello, solo que está fiebre era tan fuerte que lo hacía quedarse dormido, sentir cansancio e incluso; tener alucinaciones con... ella.

Su mente estaba dispersa en muchas cosas, no sabía ni tenía idea de lo que le pasaba, pero no podía quedarse postrado todo el tiempo en esa "cama", no, tenía que levantarse e ir al mundo de los mortales para hacer el trabajo que le corresponde.

Se levantó de dónde estaba acostado, aunque claro, como se lo permitió su cuerpo que se sentía débil y pesado, suspiro pesadamente para empezar a estirarse. Los huesos le dolían un poco, pero eso no importaba, solamente buscó su capucha para colocarsela.

Pero en esos mismos instantes, noto una pequeña marca oscura en su pecho, cosa que lo extraño.

Sin más tomos sus hachas para ponerlas a los costados de su capucha y dirigirse a su destino, para empezar con su trabajo.

Después averiguaría que era eso.

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Hoy si, después de estar pensando y teniendo una discuta con mi mente de que si soy furra o no (?)

Decidí hacer está historia, la idea me vino de un fic que leí hace poco (aún no estaba completo pero da igual) me pareció interesante, y e ahí...

Se me ocurrió está historia, es de mi ship culposo pero que amo a la vez 😁

VIVA EL KITTYDEATH CABRONES >:D

La enfermedad de las rosas (Kittydeath)Where stories live. Discover now