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—Solo son mitos, hace mucho tiempo dejo de existir...—el comento con desinterés.—

—Yo no estaría tan confiado si fuera tu, Lobo, esto es enserio... ¿te has enamorado de alguien?

Al escuchar aquella pregunta se quedó en silencio, no sabía que responderle, obviamente como sabría el si se a enamorado de alguien cuándo es un sentimiento totalmente desconocido para.

Aunque ya antes haya visto a muchos enamorados darse afecto o incluso, personas que por el mismo sentimiento son capaz de quitarse la vida o algo por el estilo, pero el sentir eso en su larga existencia, jamás lo había hecho.

—¿Porque me preguntas eso? cómo voy a saber si me eh enamorado o no —el gruñó molestó, no se sentía bien y está situación solo hacia que empeorará.—

—Ya entendí, no sabes que se siente eso —ella hablo con algo de pena— Se me había olvidado que eres la Muerte, perdón...

—No te preocupes...—suspiro con algo de cansancio, sobando su cien.—

—Dime Lobo, ¿recuerdas si antes te llevaste las almas de personas que morían por ello? —su voz sonó cautelosa, no quería hacer enfadar más al Shinigami, quién la miro confundido.—

—¿Morir de que? —pregunto con confusión, no sabía con exactitud a qué se refería.—

—No se si antes escuchaste hablar de... La enfermedad de las rosas

En ese momento algo hizo click en su cabeza, definitivamente antes había escuchado hablar sobre ella pero no sabías más aparte de unos cuantos síntomas que está ocasionaba, pero siendo el la Muerte no le prestaba atención a lo que hablaban los mortales.

Solían ser solo estupideces para él.

—Una... una vez escuché ese nombre —comento luego de varios minutos de silencio.—

—Entiendo, ¿que sabes sobre ella? —pregunto algo insistente, tenía cierta sospecha de ello.—

—Que te mata —hablo serio.—

—Aparte de eso, ¿nada más? —él negó con su cabeza— Mierda...

Lo último lo susurro, tendría que pensar correctamente en como decirle sobre aquello. Era obvio que Ricitos aún no quería irse con San Pedro así que trataría de ser lo más cautelosa que pueda con sus propias palabras.

—Esa mancha negra en tu pecho...—empezo señalando la zona mencionada— Es síntoma de una enfermedad mortal, se le nombró La enfermedad de las rosas porque se le asemeja a los síntomas que causa el hongo Marssonina rosae o Diplocarpon roseae en las rosas.

Él la escucho con atención, estaban pasando varios pensamientos en su mente. Ahora entendía porque parte de las víctimas que anteriormente se había llevado, pero nunca tuvo la razón especifica del porqué.

Ricitos continúo hablando.

—Según los registros que eh escuchado yo, esta enfermedad se presenta cuando estás profundamente enamorado de alguien y te encuentras alejado de esa persona durante un largo periodo de tiempo, los primeros síntomas son: agonizante dolor corporal que te hará desmayarte, una fiebre tan alta que te producirá alusinaciones y en casos muy extremos manchas negras que te arderán como el mismo infierno cada vez que se extiendan por tu piel —termino de explicar la rubia con seriedad, esto era algo serio sin duda.—

El lobo se quedó mudo ante tal explicación, recuerda haber escuchado a las personas hablar sobre eso hace muchos años atrás, cuando el aún era un cachorro aunque no tanto, se podría decir que entre el medio de su adolescencia, no era experto en tales cosas que solían hablar los mortales.

Pero no creía en que eso fuera verdad, sabía y había visto como solían ser algunas personas, así que no le había tomado muchas importancia.

—Y... y ¿cómo puede llegar a matarte? —pregunto algo inconsciente, las palabras se le habían escapado de repente.—

Quería saber, tenía que saber sobre eso.

—Hay dos formas de morir por esta enfermedad, se cree que depende de que tanta aceptación tengas hacia el sentimiento del amor que tienes por la persona que estás enamorado —explico con calma, no era necesario alarmarse o al menos, eso intentaba ella.—

—¿Cuáles son las formas? —el pregunto algo insistente, quería saber sobre eso ahorita, sin tiempo que perder.—

—La primera forma ocurre cuando deniegas del amor que sientes, las manchas comienzan a aparecer de forma aleatoria en partes de tú cuerpo hasta llenarlo por completo, será lento y agonizante hasta que tú cuerpo quede repleto, cuando ya no quede ni un milímetro de piel sana entonces tú cuerpo se desintegrará y te esfumaras como una ceniza negruzca...—en su tono se podía notar que tenía una pizca de preocupación.—

—¿Cuál es la segunda? —el lobo prestaba toda su atención a las palabras de la chica rubia, quería tener cada detalle claro.—

—La segunda forma sigue siendo dolorosa pero es más rápida, asumo que es debido a que no temes aceptar tu amor por alguien, si es así, entonces las manchas comienzan a aparecer y expandirse por tú pecho provocando que tú corazón comience a fallar lentamente hasta que se desvanezca...

Luego de aquello, ambos guardaron silencio, Ricitos no tenía nada más que decir solo eso y ya le había dado toda la información que conocía sobre la enfermedad, después de todo, aprovecho el que habían ido a ese pueblo para conseguir unos libros y leer un poco.

Por el lado de la Muerte, él estaba pensativo, aún no tenía claro cual de ambas formas era su situación, pero el era la Muerte misma ¿no?, no podía morir siendo el un ser inmortal...

¿Verdad?

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Bien, aquí tienen otro capítulo más sobre está historia mi gente 🤙

Sin más, espero que le haya gustado :3

Adiós ❤️

La enfermedad de las rosas (Kittydeath)Where stories live. Discover now