A los padres, pero también, a los hijos que quedamos atrás
En lo alto de la repisa está el aeroplano que me regaló papá.
He pintado la pared del fondo en azul, para que simule surcar el claro y despejado cielo.
A veces me siento frente a la estantería, pensando, soñando con las nubes que veríamos juntos, a bordo de ese diminuto avión.
Más allá de la pared azul está la nada. Está la nostalgia y la imagen difusa de su nombre esculpido en el mármol.
Los domingos suelo llevarle algunas flores, pero nada se siente tan real como ese cielo que sobrevolamos, en el pequeño aeroplano de madera.
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"Los gatos no van al cielo" & otros cuentos
Proză scurtăLos relatos cortos contienen una magia distinta, que narra sentimientos en unas pocas líneas buscando transmitirlos al lector. Encontrarás aquí personajes realistas, vivencias disímiles tanto mías como de la cotidianidad del cubano. Palabras que re...