7. Como perras en celo

3K 472 31
                                    

—En fín, llegó mi hora.—Seulki se limpió la boca con la servilleta luciendo satisfecho, mientras se levantaba de la mesa.

—¿Ya te vas?—preguntó Yoongi lastimeramente mientras Taehyung, con una mueca desagradable musitaba un "gracias a Dios" de forma imperceptible.

—Lo siento, Yoon, mañana trabajo temprano.

—Pero podrás quedarte un ratito a tomar un café.—Jimin se apresuró hacia él, para tomarle del brazo suavemente y pestañeando encantadoramente, acercó el indice y el pulgar hasta casi tocarse.—¿Un poquito?

Jungkook apuñaló la servilleta con malas pulgas y en voz aguda, susurró.

—In piquiti.

—Te lo agradezco, bonito.—dijo Baek, acariciando el cabello suave de Jimin.—Pero levantarse a las cinco no es divertido.

Jimin asintió lentamente con un puchero. No estaba acostumbrado  a no salirse con la suya cuando se ponía en modo encantador. Asi que decidió animarse volviéndose hacia Yoongi y sacándole la lengua.

—Me ha llamado bonito.—se burló.

En aludido se cruzó de brazos.

—Por la lastima que te tiene.

—Lastima lo que le pasó a tu cara cuando naciste.

—¡Mi padre se tropezó con la punta de la alfombra, cara de culo! ¿Que excusa tienes tú?

Justo a tiempo de cortar la ácida replica del rubio, un trapo cortesía de Jin se incrustó en su cabeza. Yoongi tuvo el buen tino de echar cuerpo a tierra a fin de esquivar su propio proyectil.

—¡Vale ya!—exigió el verdadero dueño y señor de la casa, el grupo y el mundo.—Sois un aborto los dos, fin de la historia.

—Jinnie, amor... Cálmate.

Jin se aseguró de mirar a su novio con el cupo justo de dagas asesinas antes de tomar a regañadientes la mano que le tendía y sentarse. Eso no impidió sin embargo, que su ojo de halcón siguiese activo. Puede que ya no le quedasen trapos pero la mesa estaba poblada de posibles armas arrojadizas.

Seulki carraspeó desde la entrada al comedor, hacia donde se habia desplazado de puntillas cuando el conflicto se puso feo.

—Bueno familia, gracias por todo. Una velada encantadora.—retrocedió de espaldas, poniéndose la chaqueta.—Nos vemos pronto.

Jimin dejó de frotarse la zona de la cabeza donde habia sufrido la lesion para correr a darle un abrazo.

—No seas tan caro de ver.—le pidió.

—Vendre en cuanto tenga un dia libre.—prometió el médico, devolviendo el abrazo. Al separarse, alzó una mano como despedida.—Buenas noches, chicos. ¡Adios Yoon!

Yoongi asomó la nariz por encima de la mesa.

—¡Te echaré de menos!

Seulki se marchó entre risas y Jimin soltó un suspiro soñador antes de volver a sentarse entre el dúo Jeon, quienes no parecían muy contentos de verle.

—¿Me pasáis la salsa de soja?

Ojos incrédulos se dispararon hacia el sitio vacío de Yoongi, viendo como una porción de pelo negro asomaba por debajo de la mesa.

—Ya no me quedan trapos, puedes salir.—suspiró Jin.

El ruido que surgio desde la mesa les confirmó que Yoongi había hecho una pedorreta.

—Tienes un arsenal de cubertería de plata a tu alcance, tus trapos son como globos de agua en medio de una armería. Salsa de soja, por favor.

—Que te la traiga Seulki.—escupió Taehyung entre dientes y la mano de Yoongi surgió de la nada con el dedo corazón en alto. Taehyung puso los ojos en blanco.—Yo también te quiero, amor.

Un deseo ✨✨ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora