8. Gemelo por gemelo

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Jungkook junior se removió en la cama, saliendo poco a poco del trance de su sueño. En cuánto su cabeza fue capaz de registrar hechos, sonrió embobado. Habia dormido con Jimin, eso lo recordaba a la perfeccion.

Hablando del rey de Roma, pensó encantado mientras estiraba a ciegas un brazo, buscando el cuerpo cuyo peso y calor estaba notando a su lado.

Sus dedos dieron con la piel de su Jiminie y de inmediato acarició la tersura de lo que imaginaba era su antebrazo. Abrió los ojos, dispuesto a encontrarse con la perfecta cara dormida de un ángel.

—Buenos días, princeso.

Kook salió despedido por el susto, acabando postrado de culo en el suelo. Con el corazon temblando se asomó a la cama, confirmando la presencia de ese indeseable.

—¿Y tú que coño haces aquí?

—¿Yo? Darte los buenos días.

Kook miró con ojos entrecerrados al cuerpo tatuado de Jungkook, tendido de lado en la colcha, con la cabeza apoyada en una mano.

—¿Donde está Jiminie?

La sonrisa de Jungkook se amplió hasta lo tétrico.

—Mi Jiminie ha bajado hace un rato a desayunar. Y yo he pensado en quedarme aquí un ratito, velando tu sueño.

—¿Cuando has venido?

—Vine anoche. Imagínate mi sorpresa al entrar a MI habitación dispuesto a dormir con MI novio y verte babeando MI almohada.

Mini Kook recortó una sonrisa satisfecha y se sentó en la cama con pose de diva.

—Lo siento, tío. ¿Te ha dado mala noche el sofá?

Jungkook le sonrió de vuelta.

—¿El sofá?—su voz extrañada vastó para desintegrar la mueca victoriosa del mas joven.—No, no. Yo he dormido aquí.

—¿QUÉ?

—Cabíamos los tres perfectamente, hombre.—se burló. Analizando la cara desencajada de Kookie, agregó.—¿Qué pasa, chiquitín? Te has quedado palido.

—Que no me gusta que extraños pervertidos se metan a dormir a mi lado.—exclamó entre dientes.

—Eso tiene fácil solucion.—dictaminó Jungkook.—No te metas en la cama del extraño pervertido y no te pasará nada. Ten en mente esto, chavalín. Yo soy omnipresente, como Diosito.

Mini Kook arrugó el gesto y desvío el rostro con aire principesco.

—Jiminie me dio permiso.

—Ya. Mi Jiminie es un alma pura con buen corazón, se dedica a recoger alimañas de las calles. Y parece pensar muy bien de ti.—musitó distraídamente aún con aquel aire amistoso.—Pero yo soy mas precavido, así que permíteme que te haga una advertencia: Como vuelva a encontrarte metido en la misma cama que mi chico te mando a tu tiempo de una patada. ¿Estamos?

Kook afiló la mirada y solo le hicieron falta tres segundos de preparación para saltar como un puma sobre Jungkook, quien le estaba esperando. Ambos se agarraron del pelo y comenzaron a forcejear. Pelea de gatas lo habrían llamado algunos. Estaban tan sumidos en su lucha que no escucharon la puerta abrirse.

—Que me jodan si esta no es la mierda porno mas turbia que he visto.—los chicos se congelaron aun con cabello en sus puños para mirar a Yoongi, parado en la puerta. Les señaló respectivamente, mofándose.—¿Es un rollo gemelo por gemelo o algo así?

No hizo falta más para que se soltaran y se lanzasen uno a cada lado de la cama, repelidos por su sola presencia.

Mini Kook se recolocó el pijama, se pasó las manos con mimo por el pelo y le hizo una peineta a JK antes de salir disparado del cuarto bajo la divertida mirada de Yoongi.

—Esto es abuso de menores, tío.—se burló pasándose una pensativa mano por la barbilla.—¿O es mas bien incesto?—Jungkook esperaba de veras poder hacerlo salir envuelto en llamas solo con el poder de su mente.—En cualquier caso, yo que tú correría.

—¿Y eso lo dices por...?—quiso saber, agitando una mano presuntuosa.

Yoongi sonrió sin mostrar mucho las encías, el gesto que Jungkook identificaba como "sonrisa de gato malvado".

—Porque me juego el culo a que ha bajado corriendo a acoplarse a tu Jiminie.—Yoongi sintió el viento que Jungkook dejó a su estela moverle algunos pelos del flequillo. Sin molestarse en peinarlos, agarró la manilla de la puerta y sonrió satisfecho.—Ahh... Que bien me sienta hacer el mal por las mañanas.

Un deseo ✨✨ KookminWhere stories live. Discover now