Ella extrañaba la inocencia que ya no existia en el palacio.
Ella era la inocencia en persona, una hermosa flor en su primavera, un mar en calma.
Ella era todo lo que La Sultán quería, y haría lo que fuese por tenerla bajo sus brazos.
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Mahidevran y Mükerrem compartían una mirada, cada una tenia su Sehzade correspondiente en la mano, Mahidevran tenía a Mustafa de la mano y Mükerrem a Kasim, ambas mujeres se miraban fijamente la una a la otra.
──Deseaba no tener que volver a verte.──Mükerrem hablo forzando una sonrisa.
──Yo tampoco quiero verte Mükerrem.
Mahidevran cargo a Mustafá en sus brazos y camino lejos de esa maldita serpiente, al principio Mahidevran no tenía ningún problema con esa mujer, hasta que intento asesinar a Mustafá ahogándolo en el agua.
Por supuesto que cuando se entero corrió a contárselo a la Sultana Hafsa, pero no le creyó, puesto que Mükerrem ante los ojos de todos fingía ser una flor inocente, por lo que tenía a todo el palacio de su lado.
Quizás eso fue lo que enamoro a Hurrem, su "Inocencia.", algo que ella no tenía desde hace mucho tiempo, algo que había perdido completamente a causa de esa mujer.
Mükerrem era hija de un comerciante egipcio, siempre fue una niña muy mimada, pero nunca, nunca fue inocente, pareciera que esa cualidad nunca había formado parte de su vida.
Según rumores, la tan querida hija del comerciante egipcio, fue vendida por el mismo al palacio de manisa, ingresando así a los aposentos de la Sultana Hurrem y convirtiéndose en favorita instantáneamente.
Muy a lo contrario que había pasado con Mahidevran, en lo único que se parecían es que ambas habían sido hijas de un comerciante, solo que en el caso de Mahidevran su progenitor era griego, pero este se fue a vivir al Caucáseo un tiempo, por lo que ella nació.
Mükerrem observaba la espalda del pequeño Sehzade que iba de la mano de su madre, se agacho y tomo las mejillas de su hijos entre sus manos.
──Mi Kasim.──Hablo la mujer.──Él hijo de esa mujer es inferior a ti, ya que tu eres el Sehzade de la corona.
──¿Yo seré el próximo Sultán?──Pregunto Kasim con una sonrisa.
──Así es, todo esto que ves aquí, será tuyo, pero sabes que tienes que hacer para llegar al trono.
