Sultanato Griego|| MC|| Husem g!p

06|Lo había olvidado

Mukerrem miro a la ventana, ya había pasado algún tiempo desde que nació Mehmed, el otro alfa.

El pequeño estaba en los brazos de la omega rubia, y a su lado esta la alfa pelirroja que los miraba con ternura.

Su sangre hervía de tan solo ver a la feliz familia, de ver como la pelirroja primero besaba a Mehmed y luego empezaba a besar por toda la cara a la rubia.

Las risas de la malnacida de Mahpeyker eran como tambores de guerra para sus oidos, definitivamente preferiria haber tenido a un alfa, pues él mes pasado dio a luz, pero a una omega, Hurrem la bautizó como: "Raziye."

Ahora, la pregunta, ¿Odiaba a su hija? No, no lo hacia, pero tampoco la amaba, era neutra con ella.

Solo un idiota podria querer a un omega que nada aportaba en esta valiosa dinastía.

──Zarife.──Llamo.──Quiero que traigas mi ropa y pidele a los guardias que alisten el carruaje al palacio de Mármol.

──Sultana.──Hablo la criada.──Ese palacio esta prohibido.

──Haz lo que te ordeno.──Dijo Mukerrem mirando fijamente a los ojos de Zarife.

La criada simplemente agacho la cabeza y se dirigió hacer lo pedido, mientras que Mukerrem siguió mirando por la ventanaa.

Una vez estuvo todo listo, salio de los aposentos y camino hacia uno de los tantos jardines que tenía Topkapi, se subio al carruaje y espero un tiempo a que este se detuviera delante del palacio prohibido.

Ni siquiera espero ser anunciada, simplemente entro y camino un poco hasta encontrar aquella figura que estaba buscando.

──Mukerrem.──Sonrió la alfa al ver a la mujer.

──Sultana.──Se reverencio.──Hace mucho no nos vemos.

──Lo se.──La Alfa se acerco a la omega y cuando estuvo lo suficientemente cerca, llevo una de sus manos a su cintura.──Querida mía.

Mukerrem acerco sus labios hacia los de aquella mujer al tiempo que llevaba sus brazos al cuello de la misma.

Si, su ambición al poder era tanta que incluso se había llegado a enrollar entre las dos hermanas, ¿Como habia comenzado todo? Cuando Hurrem estaba en Manisa y Humasah fue a visitarla.

Ahí habia empezado a frencuentrar tambien a la otra alfa, en cualquiera de los casos, ella seguiria teniendo poder, ya sea cuando Hurrem tuviese el trono o Humasah.

──Alteza.──Murmuró Mukerrem una vez acabo con aquel beso.──¿Ya se entero? Hurrem tiene una nueva concubina.

──¿Eso a mi que?

──La tiene embrujada.

Aquello si llamo la atención de Humasah, ¿Ahora su hermana tenia un punto débil al que podia atacar? Eso era genial.

Ahora si había llegado su oportunidad de tener el trono otomano.

Y Mukerrem sabía exactamente lo que pensaba la otra alfa, por lo que comenzó a contarle detalladamente todo.

Las dos estuvieron atentas a lo que decia la otra la tiempo que planeaban sus siguientes movimientos.

¿Mukerrem amo a Hurrem? Puede que si y no, pero si ella ya no estaba en el corazón de Hurrem, entonces ya no le servia de nada que ella estuviese en el trono.

──¿Como esta mi hija?──Pregunto Humasah acostando su cabeza en las piernas de Mukerrem.

──Ella esta bien, su nombre es: "Raziye."

──¿A quién de las dos se parece?

──Se parece bastante a mi, por fortuna.

──Lastima que no es una Alfa.──Susurró Humasah.──Mukerrem, esta es tu mision, disfruta de jugar con la omega griega, atormentala pero todavia no le hagas nada.

──Me gusta eso.──Sonrió.

──Quiero que viva lo mas posible, para luego acabarla delante de los ojos de Hurrem.

Ambas conversaron un rato mas de su plan y como iban a proceder para que Mukerrem luego pudiese retirarse, no sin antes de que Humasah le diese una cadena de oro para sus hija.

Mukerrem entro al palacio otomano cuando ya era de noche, con la excusa de que habia ido a caminar por el bosque y que se perdió buscando como volver.

──¡La Sultana Mukerrem esta aquí!──Grito una kalfa mientras que la mujer caminaba por el harén.

Absolutamente todas las criadas se pararon e hicieron una fila para reverenciarla, salvó una, que hizo que hirviera su sangre.

¿Por que no estaba parada? Mahpeyker también debia pararse, ¿Que importaba que tuviese un alfa? Para ella siempre seria inferior.

──Reverenciate.──Ordeno Zarife.

──No.

──¡Que te reverencies Hatun!──Al gritar esto Zarife agarró fuerte del brazo a Mahpeyker haciendo que esta se reverenciara mal.

La mirada de Mukerrem se arando al darse cuenta del parecido que tenían esas dos.

La misma mirada.

Los mismo ojos llenos de fuerza de voluntad.

La misma inocencia de cuando ella llego al palacio.

Era como si viese el vivo retrato de aquella mujer, la única diferencia es que ella era rubia.

¿Como podia haberlo olvidado?

Anastasia era identica a....