Ella extrañaba la inocencia que ya no existia en el palacio.
Ella era la inocencia en persona, una hermosa flor en su primavera, un mar en calma.
Ella era todo lo que La Sultán quería, y haría lo que fuese por tenerla bajo sus brazos.
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──¡Madre!──Una niña rubia entraba corriendo a los aposentos de su madre.──¡Mustafá me pego!
──Mihrimah no seas mentirosa, yo ni te he pegado.
──Niños, niños, no peleen.──Dijo la omega griega mientras cargaba a su pequeño alfa entre sus manos.
──Pero tía es verdad, yo ni la toque.
──Mientes.
La omega griega volteo a ver a su hija y a su sobrino con la típica mirada que te advierte cuando te van a dar un golpe.
Inmediatamente ambos dejaron de discutir y salieron de la habitación dándose miradas desagrado.
Su relación era algo complicada, eran hermanos-primos tenían la misma sangre vieras por donde los vieras, no podían negarse.
Mehmed los espero con una sonrisa en los jardines, al mismo tiempo que sonreía de una mano agarraba a Selim y con la otra cargaba a la pequeña Ayse.
Ayse Sultan, la favorita de su padre y de todos sus hermanos, pues era la única omega hasta el momento.
Si bien era cierto que todos se querían, de igual forma se veían como cierta competencia para el trono, por lo que al ser Ayse una omega amenaza no era, por lo que se permitieron amarla libremente.
Inmediatamente los cuatro niños comenzaron a jugar y a reír entre ellos, habían pasado seis años desde que Anastasia llego al harén otomano, seis años desde que llego al palacio y conquistó a la Sultán.
──Amada mía.──Sonrió la pelirroja entrando a los aposentos de su favorita.──Mi Bayaceto.
La griega sonrió con cariño al ver como su amada cargaba de su pequeño Bayaceto, jugando con él y haciéndolo volar por los aires.
──Kösem.──Llamo Hurrem.
──¿Ella quién es?──Pregunto Mahpeyker.
──Ese es tu nuevo nombre querida.──La alfa dejo al niño en la cuna y se acerco hasta su favorita.──Significa: "La que guía."
──¿Y yo que he guiado?──Pregunto Mahpeyker al tiempo que colocaba su mano en el pecho de Hurrem de manera coqueta.
──Mi vida.──Susurró la alfa.──Desde que tu llegaste a este palacio no has hecho mas que guiar mis pensamientos, dime, ¿Acaso me embrujaste?
──Quizás lo hice...──Mahpeyker, ahora Kösem, beso con suavidad la mejilla de su alfa y la miro con dulzura.
──Deberíamos ir al palacio de caza, como me gusta ese lugar.
──Hurrem, mejor dime que te vaya a visitar esta noche.
