Ella extrañaba la inocencia que ya no existia en el palacio.
Ella era la inocencia en persona, una hermosa flor en su primavera, un mar en calma.
Ella era todo lo que La Sultán quería, y haría lo que fuese por tenerla bajo sus brazos.
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Sacudió la cabeza con fuerza alejando esos pensamientos, no, eso era imposible, ¿Cómo si quiera y podría parecer esas dos? Hasta donde ella sabia de la familia de esa mujer no quedo nadie con vida.
Si, era imposible que ellas tuvieran algún vinculo.
Soltó un suspiro de alivio y camino hacia Zarife, indicándole que dejase a la omega rubia en paz, quería darle calma antes de la tormenta, por lo que seguida de Zarife se marcho hacia sus aposentos.
Mahpeyker por su lado, simplemente se dedico a mirar las espaldas de Mükerrem con curiosidad, ¿Por que la había mirado de esa forma? ¿Es que le recordaba a alguien?
Ni siquiera emitió sonido alguno, la omega simplemente se dio la vuelta y fue a los aposentos de Mahidevran, quien la había invitado a cenar como era costumbre.
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A la mañana siguiente, Hatice Sultan estaba en el jardín imperial, dando vueltas y vueltas como un trompo de lo nerviosa que estaba, necesitaba que Gulfem estuviese a su lado en estos momentos, sin embargo, esta se habia negado a acompañarla, argumentando que estaba demasiado cansada para ir al jardín.
──Sultana.──Aquella voz que perfectamente conocía calmo todas sus dudas.
──Pensé que no vendrías.──Dijo con una sonrisa alegre.
──Me demore buscando algo que quería darle hace mucho.
──Nigar no debías... ──Sonrió Hatice mirando un dije de mariposa.──¿Esto es..?
──Es la versión mejorada del que le regale en nuestra primera cita, recuerdo que me salió horrible y le prometí que lo mejoraría.
Hatice se acerco hasta la mujer y se agacho un poco, puesto que Hatice le llevaba como diez centímetros a Nigar, iba a ser algo complicado que esta se lo pusiera en el cuello.
La alfa con una sonrisa le coloco la cadena con el dije y la miro con dulzura, bien, era su momento, después de practicarlo diez veces en una semana, usando a Mahpeyker como si fuese Hatice logro hacer la propuesta de matrimonio perfecta.
Evidentemente la Sultana acepto y con el permiso previo de Hurrem, (Algo que pensaba pedir después de habérselo propuesto a Hatice, solo que no fue así por que la pelirroja se entero cuando usaba a Mahpeyker como representación de Hatice y casi le cuesta la cabeza) se dirigieron al palacio Topkapi para anunciar el compromiso.
Las reacciones fueron diferentes, puesto que por un lado, Hurrem, Mahpeyker, Mahidevran y Mustafá estaban emocionados y alegres por la feliz pareja, Ayse Hafsa, Mükerrem y Gulfem estaban en contra, sobre todo la última que había comenzado a albergar sentimientos por Hatice desde siempre.
De igual forma, y aunque alguien se opusiera, a Hurrem le importo tres hectáreas y mando a organizar los preparativos de la boda de Hatice.
Ayse Hafsa en un intento de detener la boda, por que consideraba que Nigar era demasiado poco para Hatice, decidió no organizar nada en la boda, cosa que ocasiono una fuerte pelea con Hatice, la cuál le dijo que nunca más volvería a hablarle en su vida.
De igual modo, Hurrem no pensaba en detener la boda, por lo que dejo a cargo de todo a la futura novia y a sus dos amigas, es decir, a Mahpeyker y Mahidevran, mentiría al decir que eso no influyo bastante en la amistad de la tres omegas.
Grave error de Ayse Hafsa de negarse a celebrar la boda, por que con eso solo logro hacer la alianza más fuerte que podía haberse visto en Topkapi.
La ceremonia se llevo acabo en dos meses, la celebración duro quince días y quince noches, la feliz pareja recibió ahora un palacio hermoso y construido solo para ellas, igual Hatice recibió bastantes regalos de bodas por parte de sus amigas, por parte de Mahidevran recibió un par de coronas hermosas y por parte de Mahpeyker recibió algunos vestidos y telas.
Por parte de Ayse Hafsa nada y mucho menos por Gulfem y Mükerrem, simplemente decidió ignorar aquellos sentimientos de tristeza y desilusión al no ver a quienes considero importantes para ella apoyándola y compartiendo un momento de alegria.
Aunque todos estaban felices con la boda de Hatice, Gulfem, la mujer olvidada, sufría en las cuatro paredes de su habitación, deseando que este dolor acabara ya, ¿Por que Nigar y no ella? ¿Qué había hecho Nigar que no habia hecho ella?
Nada, Ella era mucho mejor que Nigar y sabia perfectamente de que ella podría ser mucho mejor esposa que Nigar.
Guardo silencio el resto de la ceremonia con sus ojos descansando en el rostro brillante de Hatice.
