15|¡Necesito un heredero!

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El nuevo reinado de Humasah sumió al imperio en una temporada de frío y miedo que parecía no tener fin

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El nuevo reinado de Humasah sumió al imperio en una temporada de frío y miedo que parecía no tener fin. Cinco años habían transcurrido desde que ella usurpó el trono de su hermana Hurrem, y durante ese tiempo, la felicidad se desvaneció como la luz en un día oscuro.

Las calles, una vez llenas de vida y bullicio, ahora estaban envueltas en un silencio sombrío. Las tiendas cerradas, las plazas vacías, y la gente caminaba con miradas temerosas y apagadas. El toque de queda era una orden constante, y la presencia de los soldados era opresiva.

El antiguo palacio, que solía resonar con risas y alegría, estaba ahora envuelto en un aire de desolación. Los jardines descuidados, las fuentes sin agua y las salas llenas de ecos vacíos. La opulencia y la grandeza se habían desvanecido, reemplazadas por una sensación de decadencia y tristeza.

Humasah, sentada en su trono de usurpación, observaba el imperio que gobernaba con una sonrisa fría. Había logrado aferrarse al poder, pero a un costo terrible. La población sufría bajo su liderazgo despiadado, y la desesperación se había apoderado de la tierra que una vez floreció.

Las purgas eran frecuentes, los opositores silenciados y la inseguridad prevalecía en cada rincón. Las cárceles estaban llenas de aquellos que se atrevían a cuestionar su autoridad, y las ejecuciones públicas eran moneda corriente para mantener a la población a raya.

En la intimidad de sus aposentos, Humasah se refugiaba en su soledad. Las noches eran largas y oscuras, y la única compañía que tenía era la sombra de sus propias decisiones. Aunque había alcanzado el trono, no encontró la paz que buscaba.

El frío y el miedo se filtraron en el corazón del imperio, y cada ciudadano vivía con la certeza de que el próximo día podría traer más sufrimiento. La esperanza se desvaneció como la luz del atardecer, y el imperio que una vez brilló con grandeza y esplendor estaba sumido en la oscuridad.

El ruido de la puerta abrirse se escucho en su oidos, dejando entrar a una criada quien le informo que la sultana Mukerrem habia dado de nuevo a luz, a otro omega.

La gobernante tiro todo lo que habia en su escritorio, durante todos estos cinco años, Mukerrem solo se habia encargado de darle omegas, ningun alfa, y eso le molestaba, deseaba tener un heredero de su sangre pronto.

La alfa se acerco a la omega, la cual temblo y le mando a pedir que trajera alguna de las anteriores concubinas de la Sultan Hurrem, pues queria una omega que pudiese darle alfas.

La criada tras dudarlo un poco fue al antiguo palacio.

La criada tras dudarlo un poco fue al antiguo palacio

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── Kosem, la Sultana Humasah te requiere en Topkapi

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── Kosem, la Sultana Humasah te requiere en Topkapi. ── anunció la criada, una joven temblorosa enviada por la cruel gobernante.

Kosem, que se encontraba en sus aposentos del antiguo palacio, miró a la criada con ojos inquisitivos.

── ¿Para qué me quiere? ── preguntó Kösem, su voz una mezcla de curiosidad y precaución.

── No haga esperar a la gobernante. ── Los guardias irrumpieron en la habitación, rodeándola de manera intimidante.

Kösem sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal, pero no demostró miedo.

── Parece que la Sultana Humasah quiere una visita tuya en Topkapi. Será mejor que cooperes, anciana. ── Un guardia habló con desprecio mientras avanzaban hacia ella.

Kösem fue sacada de su hogar por la fuerza, los guardias la agarraron sin consideración, ignorando sus súplicas para que la soltaran. El trayecto hacia Topkapi fue una experiencia de humillación y dolor, con cada paso marcado por la violencia de los guardias.

Al llegar al palacio, la llevaron directamente ante la presencia de Humasah, quien la esperaba en su trono.

── Kösem, querida, qué placer verte. ── Humasah sonrió con malicia, disfrutando de la incomodidad de la antigua concubina.

Kösem, por otro lado, se mantenía firme, pero sus ojos delataban su miedo interior.

── ¿Por qué me has traído aquí? ── preguntó Kösem, desafiante a pesar de las circunstancias.

── Querida Kösem, he oído hablar de tus habilidades. Eres una fuente inagotable de alfas. ── La mirada de Humasah estaba llena de deseo, y Kösem entendió la verdadera razón de su convocatoria.

── No soy tu juguete, Humasah. ── Kösem apretó los dientes, resistiendo el temor que la envolvía.

── Pero, Kösem, eres exactamente eso. Mi juguete. ── Humasah se levantó de su trono, acercándose a Kösem con pasos lentos y amenazantes.

Los guardias la sostuvieron mientras Humasah le acariciaba el rostro con dedos gélidos.

── A partir de hoy, estarás bajo mi servicio. Darás a luz a alfas fuertes que fortalecerán mi posición en el imperio. Y si piensas en desobedecer, bien sabes las consecuencias. ── Humasah susurró con un tono venenoso.

Kösem, atrapada en la garras de la despiadada Sultana, no pudo evitar sentir el frío del miedo recorriendo cada centímetro de su ser mientras se enfrentaba a un destino incierto.

Kösem, atrapada en la garras de la despiadada Sultana, no pudo evitar sentir el frío del miedo recorriendo cada centímetro de su ser mientras se enfrentaba a un destino incierto

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Me malee feo al escribir eso, pero bueno detalles.

Yo dije que no me gustan los finales felices :D

Sultanato Griego|| MC|| Husem g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora