11| Moviendo fichas.

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La traicionera mujer caminaba por Topkapi, esta era la oportunidad perfecta para deshacerse de la alfa pelirroja

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La traicionera mujer caminaba por Topkapi, esta era la oportunidad perfecta para deshacerse de la alfa pelirroja.

Pero no era tan miserable como para matar a su sangre cuando estaba desprevenida.

Humasah sabía eso, por lo que solo se limitó a mirar a su madre.

Mukerrem miraba con curiosidad a las dos mujeres, sabia que dentro de poco llorarian lagrimas de sangre.

──Esperaremos a que vuelva.──Dijo Humasah cerrando el pergamino en sus manos.──No somos tan insignificantes como para matar al enemigo cuando este esta desprevenido.

Ayse Hafsa y Mukerrem asintieron, si, tenían que esperar a que Hurrem volviese del palacio de caza, querían que disfrutase de sus últimos momentos rodeada de todo el amor de sus seres queridos.

Aunque sea que en sus últimos días recibiera calidad de vida, que disfrutase de sus hijos, de sus mujeres, de su hermana, de su cuñada y de sus leales sirvientes.

Humasah acarició lentamente la cabeza de Raziye, y se alejó de ella para mirar a la ventana que daba directo a Topkapi, el palacio de las miserias.















Humasah acarició lentamente la cabeza de Raziye, y se alejó de ella para mirar a la ventana que daba directo a Topkapi, el palacio de las miserias

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Hatice aplaudió con una sonrisa mientras veia como Mihrimah y Kader bailaban un vals francés

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Hatice aplaudió con una sonrisa mientras veia como Mihrimah y Kader bailaban un vals francés.

Mahidevran sonreia complacida al ver como Mehmed, Mustafá y Selim practicaban con él arco.

Kosem conversaba con su alfa pelirroja mientras comian uvas y le daban una que otra mirada a Ayse y Bayaceto.

A pesar de que estaban todas juntas debajo del toldo,  cada quien estaba por su lado, Hatice y Nigar estaban en una mesa aparte, Mahidevran estaba en la mesa derecha con un bordado a medio hacer.

Y en el centro, sobre un trono, estaba sentada la parejita de oro, dandose muestras de amor nada disimuladas, Kösem comia uvas mientras que Hurrem le acariciaba el cabello y le proponía ir a caminar por el bosque.

Desde hace tiempo una idea divagaba por su mente, pedirle matrimonio a la omega griega, pues queria formar una nueva posición en el harén.

Emperatriz Otomana.❞

Si, ese seria el nuevo título, que solo seria portado por la esposa legitima de la Sultán.

¿Que si pensaba casarse con Kösem?

Por supuesto, y lo haría, con o sin la aprobación de su madre, pero era algo que haria sin duda alguna, y eso era algo que todos sus cercanos sabían, por lo que el secreto era únicamente para Kösem.

Lo principal era pedirle su mano, ya había investigado las tradiciones griegas, por lo que sabia que se necesitaba pedir permiso a los familiares de la novia y a la misma novia.

Como la única familia de Kösem era Mahidevran, fue a preguntarle si le daria su bendición, cosa que Mahidevran no dudo en aceptar.

Ahora solo faltaba lo más importante, el si por parte de Kösem, si le decia que no, cosa que dudaba, le diria que era una broma y que solo estaba jugando.

──Y dígame Sultán.──La voz de la griega la saco de sus pensamientos.──¿Por que de la nada me propuso ir a caminar por este bonito bosque?

──Por que te voy a comer.

──Hurrem no seas hormonal, hay lugares y hay lugares.──Bromeó la griega mientras le daba un codazo.

La pelirroja sonrió un poco y tomo aliento, bien, era su momento, solo tenía que arrodillarse y sacar el anillo de zafiros que había mandado hacer para su amada.

Kösem se detuvo en seco cuando vi que Hurrem se arrodillaba ante ella y besaba su túnica, tratamiento que solo usaban o los sultanes o las valides.

──Mahpeyker Kösem Sultan.──Inicio Hurrem con cierto nerviosismo.──¿Me haría el honor de dejarme despertar a su lado todos los días? ¿De poder estar y caminar a su lado? ¿Aceptaria ser mi esposa?

Silencio, en eso se resumen los siguientes tres minutos, en los que Hurrem estaba más roja que un tomate y Kösem estaba más blanca que un papel.

A estas alturas la gobernante del mundo quería enterrar su cabeza en el suelo y no levantarla nunca más.

──Si...──Murmuró muy bajito.

──¿Eh?

──Si...

──No te escucho.

──¡QUE SI SORDA!──Exclamó la griega mientras le extendia su mano a Hurrem en señal de que podia colocarle el anillo.

Mentiria al decir que a la pelirroja no le brillaron los ojos y beso la mano de su amada, una vez hecho esto, Kösem tomo la mano de su tomatito y camino saltando por el pastó.

──¡Ven, bailemos!──La griega comenzo a dar vueltas y a caminar alrededor de Hurrem.

Dentro de unos segundo las feliz pareja comenzo a bailar como si se tratase de un princesa que había conocido al príncipe en un baile.

Aquel hermoso momento termino con un beso que expresaba todo el cariño y amor que existia en la pareja, risas estallaron en el lugar.

Sin duda un feliz momento para la pareja, si alguna de las dos hubiera podido saber que era lo que venía, probablemente no hubieran regresado del palacio de caza al día siguiente.

Sultanato Griego|| MC|| Husem g!pWhere stories live. Discover now