4. niña <3

1.5K 64 9
                                    





Ciudad de México
20 de Enero 2022





𝐆𝐫𝐞𝐜𝐢𝐚 𝐌𝐚́𝐫𝐪𝐮𝐞𝐳


—Pasó por el más tarde Doña Amelia!

—Claro hija, no te preocupes por el. Que te vaya bien!

Cerré la puerta de entrada de la casa de los Urbina Navarro. Hoy trabajaba desde la mañana hasta más tarde de lo usual. Me habían llamado ayer para eso de las 5 de la tarde, pues una compañera no podría ir porque estaba enferma.

Los días de hoy por las mañanas estaba todo muy calmado. Por ser casi las 8 de la mañana pues la mayoría de la gente ya estaba en su trabajo y pocos apenas iban. Casi solo por eso acepté cubrir a mi compañera ya que mi suegra también había aceptado cuidar de Josué.

Llegue y saludé a mi amiga, Diana. Desde que empecé a trabajar aquí ella se había portado súper padre conmigo. Además de que también quiere mucho a Josué y hace ya tiempo también me di cuenta que gustaba de mi hermano.

—Buenos días. -dije mientras me ponía el delantal.

—Hola amiga, buenos días.

—Ha estado muy ocupado?

—Gracias a Dios no! -dijo suspirando.

Me ríe.— Tanto así?

—Ni sabes, hace unos minutos llego un grupo de muchachitas creídas. -dijo mientras rodaba sus ojos.

—De las que siempre me cuentan?

—Si! No sabes son unas fastidiosas. Quieren que uno las atienda como si fueran las dueñas del cafe.

Sabía que lo que decía era verdad pues siempre se habla de ese grupo de muchachas que llegan y actúan como si ellas mandaran.

—Pero bueno, cambiando de tema... Ya te dijo Mateo cómo es que conoce al muchacho que estaba con Josué el Sábado?

El Lunes después del juego de mi hermano, me desahogué con Diana. Le pregunté muchas veces a Mateo como conocía al muchacho que ayudó a Josué. Puede que pareciera que estuviera interesada en el pero yo quería saber porque mi hermano tenía una amistad tan buena con el.

—Me contó poco, me dijo que lo conoció al llegar porque según Mateo el también se unió al primero equipo cuando el llego a la sub-20. Ah ! También porque ambos formaron parte de las inferiores de FC Dallas.

—Entonces si te contó no?

—Si, aunque le tuve que rogar un montón.

—Bueno pero ya sabes.

—Eso si.

Tuvimos que dejar la plática ya que el cafe se empezó a llenar. El resto del día se pasó entre pláticas cortas mientras llegaban más clientes.

Justo cuando yo y Diana nos preparamos para nuestra hora de salida llegó un grupo de personas.

—Perdón pero ya está cerrado. -dije sin ver de quien se trataba.

—No me diga eso.

Esa voz la había escuchado antes.

—Grecia? -dijo sorprendido.

—Hola. -dije con una sonrisa cerrada.

—Trabajas aquí?

—Si, tengo poco pero si.

—Como no te había visto antes? Empecé a venir aquí hace unas semanas.

—Enserio? Puede ser porque no trabajo este horario normalmente.

Amor Verdadero | alejandro zendejas Where stories live. Discover now