15. cuento de hadas

926 64 0
                                    





15 de Marzo 2022
Ciudad de México







𝐀𝐥𝐞𝐣𝐚𝐧𝐝𝐫𝐨 𝐙𝐞𝐧𝐝𝐞𝐣𝐚𝐬







—No fueron celos.

—Claro que si bro, no me tienes que mentir. -dijo Mateo.

Íbamos saliendo de la cancha rumbo a los vestidores. Desde que llegué, el se había encargado de bombardearme con preguntas.

—Mateo, créeme que si hubiese sentido celos lo hubiera hecho notorio.

—Pero si lo hiciste. Con solo decirle eso a Jesús se notaron tus celos.

—De que hablan? -pregunto Jorge.

—De como mi cuñado acá se sintió celoso al ver cómo alguien le coqueteaba a mi hermana.

Jorge me miró y soltó una carcajada. Yo solo me limité a rodar mis ojos. No eran celos, solo se que se me salió haber dicho eso. Grecia me entendió y no se rió de mi cuando le conté esto.

—No se de que se ríen, si alguien coqueteará con Diana o con Linda no se estuvieran riendo.

—En eso tienes razón, pero aún así da risa hermano. Pero es gracioso por lo que dijiste no por otra cosa. -dijo Jorge dándome palmadas.

Después de la conversación, yo seguí preparándome para irme. Esta tarde iría por Grecia a su trabajo y después por Josué. Saldríamos a pasar un tiempo juntos, desde que había llegado de Jalisco no habíamos pasado tiempo juntos. Más por todo lo que había pasado aquí con el club. Habían sido días llenos de emociones y desgracias. Empezaríamos de zero mientras que encontraran un nuevo D.T. para nosotros.

Salí de Coapa para pasar por Grecia. Baje de mi auto al llegar al café y entre para esperarla adentró.

Ella me miro y me sonrió mientras que yo también hacía lo mismo. Aunque unos segundos después su sonrisa se borró al mirar hacia donde yo estaba. Yo me volteé y mire a un muchacho alrededor de nuestra edad que se parecía bastante al padre de Josué. Todo se conecto al ver como los abuelos de Josué entraban detrás de él.

Sin poder reaccionar Josué gritó mi nombre. Como siempre que me veía, el corrió a mi y me abrazo. Lo cargué al tenerlo entre mis brazos, estaba tan acostumbrado a él y sabía que el a mi.

—Hola Alejandro! -se acercó el abuelo de Josué.

—Señor Luciano, cómo está? -dije saludándolo.

—Bien hijo, tú cómo has estado?

—No me puedo quejar, han sido unos días difíciles pero estamos.

—Me imaginó. Mira te presentó a mi hijo Marco. -dijo mientras que el muchacho de antes se acercaba a mi.

—Un gusto. -dijo de mala gana.

Yo simplemente asentí y mejor seguí mi conversación con Luciano. Platicar con el siempre era de buen gusto. Los consejos que el daba eran muy buenos y siempre trataba de ayudar.

De lejos fue imposible no darme cuenta como el tío de Josué miraba a Grecia. Ellos habían empezado una conversación y a los pocos segundos, el apuntó hacia donde estaba yo. Por la cara de Grecia me di cuenta que no era una conversación entre cuñados. Ella se miraba molesta mientras que el la miraba retándola.

Me disculpe con Luciano y me acerqué al verla molesta. Desde donde me quede pude escuchar parte de lo que el le decía a ella.

—Pensé que lo pensarías mejor, mira que andar con un jugador después de que falleció mi hermano. Sabes la mala fama que tienen estos jugadores? -El se rió.- Eres una ilusa si piensas que de verdad quiere contigo Grecia. No creo que un jugador quiera a una muchacha que tenga un hijo con alguien más.

Amor Verdadero | alejandro zendejas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora