Capítulo 12

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2025. Londres.

Hierba mala nunca desaparece.

Adeus Maseatti.

Posible asesino.

Sentí como poco a poco un mínimo de mi cuerpo volvía a funcionar. Mis párpados dejaron de pesar lentamente y mi cabeza igual. Sacudí está última despertándome del todo y sintiéndome mucho más vivo que segundos atrás.

Aún todo me daba vueltas, mi cabeza se movía de un lado a otro y mi cuello pareció débil. Parecía que no podía sostener mi cabeza por mi sala.

Mis ojos se abrirán y se cerraban al compás de los movimientos con los que bailaba mi cabeza. Me sentía como en una nube, nada pesaba.

Al abrir, por fin, completamente los ojos, deseé no haberlo hecho nunca. La luz dio de lleno contra estos haciendo que pequeñas lágrimas llenarán mis ojos. Volví a cerrarlos casi inmediatamente, por instinto también eché la cabeza hacia bajo.

- Adeus, no sabía que eras tan débil - se burló una voz tras de mi. La distinguí, claramente sabía quién era. Era aquel maldito que me había dejado totalmente inconsciente.

Me reí aún con los ojos cerrados levantando la cabeza un poco.

- ¿Me lo dices tú? Con dos cojones, amigo - sonreí adaptándome a la luz alzando completamente la cabeza y girandola para poder verle bien - Nos has traicionado, me encargaré de que Logan y el jefe se enteren, Pablo - remarqué su verdadero nombre. El cual acababa de conocer -.

Él sonrió acercándose y quedando frente a mi. Se agachó para que nuestros ojos quedarán a la misma altura y puso una de sus manos sujetando su barbilla pareciendo pensativo.

Cerró los ojos y suspiró soplandome en el rostro haciendo que mis ojos volviesen a cerrarse. Cuando terminó de hacer tonterías, abrí los ojos y una mueca salió de mis labios. Él continuaba sonriendo y sus ojos brillaban con diversión.

- Vaya, me das un miedo enorme - me dijo levantandose y tuve que levantar un poco la cabeza para seguirle el paso - Así atado y aún sigues amenazando, Adeus - volvió a reírse acercándose y posicionando su mano en mi hombro derecho - Si sales de aquí, no será por tu propio pie. Será muerto y dentro de una ca...- sus palabras fueron interrumpidas por una tercera voz que se oyó desde la puerta.

Dereck sonrió desde allí y se fue acercando a paso lento y peligroso.

- Vaya bienvenida le estás dando a nuestro invitado - dijo Dereck después de colocar su mano en el hombro de Pablo. Este cambio su sonrisa por una mueca y sus ojos transmitieron pánico por un momento - Trae su bienvenida - ordenó con un semblante frío.

Pablo asintió y salió de la habitación a pasó ligero. Por un momento pensé que se trataría de Emerith y una inmensa felicidad llenó mi pecho. Luego lo pensé mejor y si era ella, iba a odiarme así que desee que no fuese ella o que si lo era, me perdonase.

Por instinto, cerré fuertemente los ojos y me preparé también para algún golpe o un acontecimiento negativo.

- Oh, Adeus, no tengas miedo - se rió Dereck dándome una palmadita en la mejilla derecha.

Abrí los ojos al sentir sus manos sobre mi, le miré con una ceja alzada pero antes de contestar, algo llamó mi atención. Se podría decir que más bien era alguien.

Una sombra se encontraba entre los marcos de la puerta. Inmóvil. Deduci que no podía tratarse de la dulce chica que necesitaba volver a ver. Demasido alta, demasido ancha.

El Juego Al Que Nadie GanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora