❀ Shy Girl ❀ Reese Wilkerson

Capítulo 4: I knew you were trouble

ɪ ᴋɴᴇᴡ ʏᴏᴜ ᴡᴇʀᴇ ᴛʀᴏᴜʙʟᴇ ᴡʜᴇɴ ʏᴏᴜ ᴡᴀʟᴋᴇᴅ ɪɴ -ᴛᴀʏʟᴏʀ ꜱᴡɪꜰᴛ

- ¡¿Cuánto te costó esta mesa?! ¿Por eso no tuve regalo de cumpleaños? - Se quejó Malcolm con su padre tomando algunas fichas que se encontraban sobre mesa de póquer que colocó en la sala de su casa.

- ¡Oye! Es la primera vez que soy anfitrión de un juego y quiero todo perfecto cuando lleguen mis amigos. - dijo Hal pasando por su lado con dos pilas de servilletas para terminar de ultimar los detalles de la mesa. - O al menos mejor que los suyos... -agregó puliendo uno de los vasos en la pila de servilletas. A la vez, Reese salió de la cocina bebiendo jugo para pararse junto a su hermano. - ¡Oh! Casi lo olvido, ¿Conocen a la hija de Phineas, Regina, y a la hija de Brian, Chandra?

- Sí... ¡Por supuesto! - respondieron ambos rápidamente, mirándose entre sí expectantes y sorprendidos antes de hacerlo.

- Pues, sus padres las traerán esta noche. Creo que Chandra viene con una amiga - comentó Hal aún ocupado con su vaso, sin darle mucha importancia al asunto.

- ¿Kristen? - preguntó Reese, tanto él como Malcolm miraban a su padre con la boca abierta.

Hal levantó su vista hacia sus hijos, apoyando su mano izquierda sobre la mesa de póquer y tomando el vaso con la otra para señalarlos con él. - Creo que sí, pero Brian y Phineas vienen a jugar póquer. Y quiero que los dos las entretengan, ¿Entendido? - advirtió, como si realmente fuera un fastidio para ellos.

- Ajá... - respondieron al unísono, aún con la boca abierta de la sorpresa.

- Es en serio hijos, no quiero que estropeen esto. Se quedarán con ellas en su alcoba con la puerta cerrada toda la noche - volvió advertir como si de un castigo se tratara, se notaba que Lois no estaba en casa. - ¿Está claro? - sentenció abandonando la habitación para volver a inspeccionar los bocadillos en la mesa de la cocina.

- ¿Querías regalo de cumpleaños? - dijo Reese entre risas a Malcolm que asintió complacido.

- ¿Quiénes son Regina y Chandra? - preguntó Dewey detrás de ellos. Sus hermanos mayores se miraron con fastidio para luego girarse hacia él.

- Nadie para ti, ¿Entendido? - dijo Malcolm muy serio.

- Si pones un pie en nuestra habitación serás cadáver - agregó Reese acercándose a su hermanito de forma amenazante con Malcolm a su lado haciendo lo mismo.

- ¡¿Y a donde se supone que iré?! - se quejó Dewey frunciendo el ceño.

- ¡Yo qué sé! Pero si te veo esta noche te daré nudillazos en cada músculo de tu cuerpo - amenazó Reese levando su puño como advertencia.

-¡Pero...! ¡Ay! - Dewey no tuvo tiempo de quejarse, Reese lo había golpeado en el brazo con su puño. Se frotó el brazo adolorido con su manito.

- Me inquieta lo mucho que me gusta eso. No me obligues a repetirlo - volvió a amenazarlo Reese.

Apenas Dewey se fue, Malcolm y Reese corrieron al baño a asearse. No querían oler mal cuando llegaran las chicas, principalmente Reese que justo esa mañana había conseguido la confianza de Regina. ¡Ni siquiera se le pasó por la cabeza que cuando mencionó que su padre la llevaría a un juego de póquer esa noche se refería al juego de póquer de su padre! Como siempre, se sentía un idiota, pero estaba feliz. De todas formas ella no parecía saberlo en ese momento, le había dicho que no podría ir a su casa luego de la escuela cuando en verdad podrían haber pasado todo el día juntos.