3. Nostalgia

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Los días fueron pasando sin señal de que Shuri tuviera el interés por Namor hasta una noche, donde las perlas kimoyo detectaron que había salido del rago de distancia en el que normalmente se encontraba.

Usando un dron, localizo al mutante a orillas del río y las perlas le darían una gran calidad de audio para saber de que hablaban al detectar a dos sujetos desconocidos.

Kukulcán extrañaba su hogar y su gente, anelaba el agua de las profundidades, se sentía como un ser extraño entre los Wakandianos y eso lo volvía miserable, Namora y Attuma lo visitaron, también lo extrañaban, estar sin él era muy raro y solitario, estaban acostumbrados a su compañía y protección.

-Kukulcán- saludaron
-Que alegría verlos- sonrió
-Esperamos no interrumpirlo- se disculpo Namora
-Al contrario, me encontraba aburrido en aquel lugar- se sentó en la arena
-¿Cómo lo han tratado aquí?- pregunto Attuma
-Bastante bien, la gente del lugar es buena- les aclaro a ambos
-¿Y la princesa como es?- quería saber Namora
-Es una joven inteligente, muy educada , además es bonita, no se preocupen, tiene lo necesario para gobernar a mi lado- aseguró

Ambos guerreros escucharon a su dios de forma atenta cuando hablaba del mundo de la superficie, era como antes cuando les contaba historias de sus glorias pasadas, imaginaban cada detalle narrado.

Al igual Kukulcán los escucho a ellos, cada palabra salida de sus labios era una maravilla para él, ambos guerreros eran felices de volver a tener su atención por un momento sin lidiar con todo lo demás.

La noche se pasó como un suspirar, Shuri escucho cada palabra atenta desde su laboratorio y tomo nota de lo que podía serle útil.

-Majestad- dijo con un tono más serio Attuma
-Pasa algo malo ¿no es así?- su sonrisa se borro
-Ultimamente hemos tenido a vistamientos de barcos cerca de la zona donde nos encontramos-
-Probablemente son de pesca como los demas- trato de tranquilizarlos
-No, no han lanzado redes, al contrario, por lo que pudimos ver tienen hombres armados, seguramente buscan algo, ¿que tal si saben de nuestra existencia?- expreso su preocupación
-No lo creo, los únicos que saben de nosotros son los Wakandianos y tenemos acuerdos que no se deben romper- pensando -Investigaré por aquí si hay algo sospechoso, mientras tanto quiero que vigilen esos barcos, no se acerquen demasiado, si hay peligro no duden en atacar- hablo serio -Pero sobre todo, cuídense mucho hijos míos- acercó su frente a la de ellos -Sobrevivan y protejan a los demás- les susurro -Ahora regresen a casa, Talokan necesita a sus protectores-

De esa forma y con nuevas instrucciones, regresaron a casa, Kukulcán se quedo un momento más pensando muy preocupado sobre la situación, por ahora lo mejor sería no decir nada hasta estar seguro que no lo habían traicionado.

Shuri quedo sorprendida por el nivel de cariño que Namor le mostró a esos dos, casi lo comparo con la relación amistosa que lleva con Okoye, por un momento se sintió culpable de espiarlo en tan personal momento.

También le recordó a la forma tan protectora que Tachalla tenía con ella, su hermano a quien tanto extrañaba, una vez más lo veía reflejado en las pequeñas acciones de otros.

Se sintió nostálgica de nuevo, abrió el archivo de la hierva de corazón con la que hubiera salvado a su hermano, se maldijo por no poder descifrar lo que le faltaba para recrearla, volvió a estudiarla pero era inútil, no la conseguiría hacer de nuevo...

Acuerdo en Desacuerdo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora