12. Lo necesario

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Estando todos reunidos, Shuri habló con ellos para convencerlos de atacar a Namor pero nadie estaba seguro de si era buena idea, ya habian visto lo fuerte que era estando en batalla aun con su condición atacarlo solo empeorará las cosas para ellos.

M'Baku incluso había decidido que no era lo mejor, le pidió a Shuri recapacitar contándole lo que su madre habría querido para ella, pero eso en lugar de tranquilizarla la enfureció más.

-Namor acabo con la última persona que realmente me conocía, así que no hables de lo que ella habría querido para mí- dijo en pose retadora -Ahora se trata de lo que yo quiero y lo que deseo es ver a Namor suplicando mi piedad- dijo con ira -Y tu vas a ayudarme con eso- aseguro
-¿que quieres hacer?- pregunto resignado
-Vamos al mar-
-¿enloquesiste?, esos son terrenos que maneja con facilidad, si en tierra fue peligroso ir a aya es un suicidio- se negó
-No vamos a quedarnos, lo atraparemos y encerramos en nuestras prisiones, no volverá a sentir el agua en su cara nunca, después pensare que hacer con Talokan- decía con rabia -Salimos en la mañana, prepara a tu gente- finalizó

Salió con la mirada de M'Baku puesta en ella, sentía que la juzgaba pero no importaba haría lo que era necesario, sus ancestros estarían satisfechos por su hazaña y su madre descansaría en paz.

Estando en la soledad de su habitación pensaba en Namor, recuerdos fugaces atravesaban sus sueños cuando en pequeños ratos lograba dormir, se veía a sí misma sonreír estanda a lado del hombre que más daño le había hecho, lo peor de todo es que se sentía segura estando con él.

Despertó de repente luego de que su sueño cambiará y ahora la mostrará como peleaban y al final ella terminaba en el suelo siendo atravesada por la lanza de Namor jurandose que no sería la forma en que todo terminaría.

Al tener todo preparado, partieron rumbo al mar a esperar que todo saliera como lo habían acordado, Riri se había encargado de armar un traje como el de Iroman pero con sus propias funciones especiales, además habían hecho una máquina que seguro atraerian la atención de Namor.

En las profundidades, Kukulcán estaba sentado en su trono pensando, la decepción se notaba en sus ojos, tenía en sus manos la caracola con la que Shuri lo había llamado, se había estando sintiendo decaído emocionalmente, era una sensación rara, la melancolía golpeaba en sus momentos de soledad y lo llavaban a extrañarla.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Namora que le informaba de otra máquina de vibranium encontrada cerca de su territorio, se prepararon para ir, al llegar se acercó a la maquina pero una oda los hizo salir del agua al lastimar sus oídos.

En la superficie el barco Wakandiano se dejó ver tras bajar su escudo de invisibilidad, Namor se alertó de inmediato y salió del agua para contraatacar seguido de naves que le disparaban, con agilidad las derribo una a una, por debajo del agua las ondas que salían del barco impedían que los Talokanes llegarán al barco hasta que Namora con su lanza lo rompió, comenzando así a subir por las orillas.

Los wakanadianos con ayudas de cuerdas también bajaron por las orillas para defenderse, comenzando así la batalla entre las dos naciones.

Shuri peleo sin piedad contra los que consideraba enemigos, no dudo en usar las habilidades del traje para deribar a aquellos que se atrevían a ponerse frente a ella.

Riri había volado con su traje para ayudar a enfrentar a Namor, comenzó disparando de lejos, mantuvo su distancia cuando se iba acercando a ella, cuando casi la alcanzó otra nave lo distrajo, Namor estaba enfadado, lo llevaron hasta lo más alto del cielo donde entre las nubes se perdió la nave y Riri logró darle un tiro que lo derribo, siendo atrapado.

Le avisaron a Shuri que tenían a Namor, de un salto logró caer dentro de la nave; Volvió a verlo, estaba de pie confundido por lo que pasaba, su mirada se clavo en ella y sonrió.

-Princesa- dijo con voz profunda
-No, yo soy la pantera negra y tu caerás ante mi- grito molesta

Namor hubiera respondido pero algo comenzó a ir mal, empezaba a calentarse el ambiente, era un calor intenso, sofocante, supo que debía salir de ahí cuando las primera gotas de sudor bajaron por su frente, observo todo y la Ai de Shuri aviso que los paneles de calor estaban activados.

-¿qué pasa? ¿Quieres un vaso de agua?- pregunto con burla

Namor se sintió alarmado, tenía que salir rápido de ahí, fue entonces que comenzó a romper el suelo de la nave con su lanza.

Riri había dado aviso de la captura de Namor, el barco comenzó a dirigirse de nuevo a Wakanda pero el pueblo de Talokan ya había pedido refuerzos, mientras unos seguían subiendo por las orillas otros traían bombas que Namora se encargo de poner dentro de uno de los motores del barco, las cuales hicieron explosión deteniendo la marcha de la colosal máquina.

M'Baku sabía que debían de pelear y resistir hasta que Shuri diera la señal.

Mientras tanto Namor y Shuri peleaban dentro de la nave, un aviso de explosión le hizo tomar la decisión a la pantera de dirigirse al desierto, ganaría ventaja si el se debilitaba lo sufiente.

Estando a punto de llegar, la lanza de Namor atravesó la maquina de calor haciendo explotar la nave.

Ahora estaban los dos de frente dispuestos a llegar al final, mirándose con furia y esperando el primer movimiento del otro.

Namor sentía la adrenalina en su sangre, no estaba seguro de querer acabar con ella, debía de hacerlo por su pueblo eso era lo que todos esperaban que hiciera pero ¿que pasaba si no era lo que deseaba?
Muy en el fondo lo sabía, de verdad se enamoro de ella y eso dolía, dolía por qué no quería lastimarla, dolía por qué amarla un día fue correcto.

Shuri también tenía sentimientos encontrados, deseaba perdonarlo pero el recuerdo de su madre ahogada por culpa de él le decía que debía de hacer lo correcto y eso era hacerlo pagar, ella también merecía ser feliz con los que amaba pero ahora no le quedaba nadie, detestaba sentirse de esa forma pero que estaba acostumbrada a tener el control de lo que la rodeaba, por otro lado se odiaba a sí misma por sentir perder las fuerzas al mirar sus ojos marrones, las lágrimas quería recorrer su rostro pero en suspiro decidió que haría lo que se necesitaba por ella, por Wkanda.

Y así empezando la batalla entre ellos...

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