23. No confíes en todos los Williams

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   Un intenso dolor en mi pecho comenzó a intensificarse conforme pasaban los segundos observando las publicaciones.

"¡Más fotos íntimas de Riley Anderson fueron filtradas!"

"Riley Anderson y su usual descuido de confiar en las personas equivocadas"

"¿Acaso Raph Williams no es el príncipe azul que todas pensábamos? ¡Entérate del último chisme entre él y Riley Anderson!"

"Riley Anderson revela su pérdida de peso a través de fotografías íntimas"

"¿Cortina de humo, o problemas de pareja?"

   Los comentarios de los usuarios debajo de todas mis fotografías no eran mucho mejores.

   Pero no me importaba que hablaran de mi pérdida de peso, ni de mi ropa interior, ni de mi supuesta infidelidad hacia Raph porque, y cito, muchas alegan que él sería incapaz de hacer algo como eso, que era obvio que yo le envié esas fotografías a alguien más.

   No, lo que me importaba, era la intensa sensación de traición, furia y tristeza que se arremolinaba dentro de mí. 

   La primera vez que me ocurrió esto, casi lo esperaba. Sabía que Jaxon era un idiota en demasiados sentidos, que haría lo que fuese para salvar su pellejo, incluso si eso me afectaba de alguna manera. No le importaría. No pidió disculpas jamás. Solo siguió con su vida, permitiendo que la mía se volviese añicos a causa de su mal intencionada jugada. A pesar de que en esa etapa de mi vida, él fue un hombre que quise de verdad, ni siquiera me sorprendió del todo que lo hiciera.

   Pero... ¿Raph?

   Las lágrimas corrían por mis mejillas sin yo poder hacer nada para detenerlas. La voz de Trevor preguntando por mi bienestar se escuchaba tan lejos, que ni siquiera parecíamos estar en el mismo lugar. No podía pensar en una mísera razón por la que él pudo haber hecho algo como esto, y hasta quise excusarlo, hasta quise creer, con toda mi alma, que mi novio jamás sería capaz de traicionarme de esa manera.

   Pero nunca esperé que, en primer lugar, haya sido tan descuidado. 

   ¿Por qué guardarlas? ¿Por qué tenerlas en tu móvil considerando que cualquiera podría hacer una jugada sucia contra mí? ¡Era tu jodida novia! ¡Me podías ver en ropa interior y sin ella absolutamente todos los días que se te antojara! ¡¿Por qué?!

   La ira comenzó a tornarse una emoción principal. Estaba sosteniendo el móvil de Trev con tanta fuerza, que mis nudillos se tornaron blancos en mis dedos. Mi respiración se vuelve irregular, y nadie podría detenerme ante lo que estaba a punto de hacer. 

   —Riley, óyeme —insistió mi mejor amigo, con aire inquieto —. Ya esto lo has vivido antes y lo has superado. Más bien, me parece que ha sido una forma para desviar la atención de...

   Mi cabeza se alzó para mirarlo, tan rápido que mi cuello crujió. La mirada de muerte que le lancé fue lo suficientemente amenazante como para cerrarle la boca.

   Miré la hora: eran las cuatro de la tarde. Raph ya estaría en casa de sus padres, porque terminaba sus entrenamientos siempre después de medio día. Usualmente, almorzábamos juntos en su apartamento antes de hacer juntos cualquier actividad en pareja. Hoy no sucedería.

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