Ella sabe que me gusta lo cliché, pero...

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Era temprano en el último día de la jornada semanal y Nayeon se encontraba platicando junto a su mejor amiga, Jisoo.

— Si pudieras verme en ese momento, me habrías dado una abofeteada, ¡debí verme tan estúpida!

Agarraba su cabello con fuerza y lo jalaba, como si quisiese arrancarlo.

— Bueno, supongo que no supiste controlarte.

— Lo dices como si fuera un cachorro.

— ¿No lo eres?

— Soy un conejo, soo.

— El conejo soy yo, tú eres una tortuga, porque eres leeenta mujer.

— Claro que no. Una notificación interrumpió su plática y después de mirar detenidamente se paró.

Jeongyeon teatro
¿Vienes ya? Tenemos ensayo y hoy termino temprano, apúrateeee

— Tengo que irme.

— Te veo la próxima semana.

Fue corriendo hasta la sala de ensayos, buscando a Jeongyeon.

— ¿Jeong? ¿Dónde se metió esta mujer?

Sentía una vibra extraña, Jeongyeon nunca en su vida faltaría a un ensayo, menos si ella lo había pedido.

Supuso que tal vez se había desesperado de que no llegara.

— Pff... Suspiró, sentándose en el gran sofá, sintió presencia cerca de la nuca.

— Hola Nayeon-ah...

— ¡Carajo!

La mayor soltó un grito atemorizado, mientras que Jeongyeon dejaba salir una carcajada.

— ¡Casi me da un infarto idiota!

— Te has encariñado con ese apodo, llevas toda la semana llamándome así.

— Eso eres, idiota, ¡maldita idiota!

— No grites Nayeon, y vamos a ensayar.

— ¡No!

— Está bien, de todas formas ni siquiera quería estar contigo «si claro» si no quieres ensayar hoy, entonces me tomaré el día... de todas formas puedo practicar con Sana.

Oh no, Sana, esa tan ya nombrada Sana... como la odiaba.

Nayeon de verdad detestaba a todas las japonesas en ese lugar.

Momo era una total berrinchuda que le molestaba que algo saliera mal aunque ni siquiera tuviese que ver con ella, era una entrometida.

Mina es molesta porque no sale de su zona de confort y cree que hace bien todo, primas tenían que ser.

Y ni de chiste quería mencionar todo lo que odiaba de Sana.

El hecho de que Jeongyeon dijera que iría con esa provocaba que le hirviera la sangre.

— Si con eso que dijiste esperas una escena de celos como en las películas no sucederá. Ella sabía que su compañera era fan de esas películas cliché, la obligaba a verlas con ella, y eso, eso si que era súper cliché.
— ¿pero sabes que si? ¡Un buen golpe! Se acercó con velocidad hacia ella con una almohada en sus manos. — Solo tú, Yoo Jeongyeon, solo a ti se te ocurre decir tremenda estupidez.

— ¡Deja de golpearme! ¡Solo bromeaba! Sana... ¡Sana ni siquiera está aquí!

— ¿Ah... no? Soltó la almohada.

— No, está en Japón con su papi. Dijo, imitando el tono de voz que hacía la mencionada cada hablaba de su padre.

La mayor río.

Y eso le gustó a Jeongyeon, porque si había algo que de verdad le gustaba, era hacerla reír, porque se sentía como la razón de su sonrisa, de su felicidad.

...

— ¿Puedo hacerte una pregunta?
Habló Nayeon.

— Las que quieras.

— ¿Por qué te gustan tanto las películas románticas así de cliché?

— Mmm. Fingió pensar, conocía perfectamente su respuesta. — Son cosas que quiero vivir tal vez. «Y si es contigo sería aún mejor»

— ¿En serio? Y, de todas esas cosas, ¿Cuál es tu favorita?

— ¡Las citas! ¡Las citas románticas en lugares lindos! Decía con tanta emoción que sus ojos brillaban.

— ¿Y qué hacen en esas citas?

— Muchísimas cosas, confiesan sus secretos del pasado, ex amores, comparten una taza de café y sus comidas favoritas.

— ¿Quieres salir mañana?

— ¿Lo dices enserio?

— Sí, podríamos ir a la cafetería que está cerca de mi casa, voy ahí seguido y sirven unos postres deliciosos, como en las películas.

— Sería... «un sueño» una pena no ir. ¡Claro!

— Vamos a vestirnos como en esas películas cliché que tanto amas, y vayamos por un café bien cargado.

La menor se levantó del sofá, la contraria como reflejo lo hizo también, y las dos se unieron en un abrazo.

¿Este sería un amor cliché?

SKTILH | 2yeonWhere stories live. Discover now