Ella sabe que me preocupo, pero...

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Jeongyeon estaba feliz de volver al teatro, aunque había charlado con Nayeon todo el fin de semana, a partir de un lazo de tiempo se comportó raro, ansiaba verla ya que estaba preocupada de que haya ocurrido algo malo.

Quiso tomar el bus pero el dinero era ajustado para comprar algo en la cafetería más tarde, prefirió ir caminando.

No usaba audífonos cuando caminaba sola por la calle, debía estar al tanto de cualquier auto manejado por un maniático que no respetara el paso peatonal.

Estaba concentrada en sus pensamientos, en Nayeon el día de su "cita". En el hecho de que hablaron hasta quedarse dormidas. En lo mucho que le gustaba.

Sintió la necesidad de acelerar el paso, no quería llegar tarde, seguramente Nayeon ya estaba allá.

Se detuvo un momento esperando a que los autos pasaran, notando la presencia de una persona extraña a su lado, juraba haberla visto antes en la parada de autobuses.
No espero mucho a que todos los autos se alejaran y comenzó a cruzar la calle.

Ya casi llegaba, eso era tan bueno y malo al mismo tiempo. Odiaba ese estúpido callejón que siempre era el único camino libre. No quería, pero con cada paso se sentía más y más espiada.

El tipo logró alcanzarla.

— ¿Tienes una moneda?

— No, lo siento. Caminaba sin mirarlo, estaba muy asustada.

La acorraló antes de que pudiera correr o gritar.

— ¡Estúpida dame todo el dinero!

— ¡No tengo nada! Solo algunos pocos billetes. Muy apenas sentía que la voz le salía de la garganta, la navaja cerca de su cuello la tenía alterada.

— ¡Dámelos entonces! ¡Apúrate!

Sacó el dinero de la bolsa del pantalón, prefirió hacer todo lo que le dijera, no quería que ese maldito la tocara ni siquiera para sacar el dinero.

— E-Es todo lo que tengo.

Estiró su mano, era lo único que tenía, estaba enojada y con mucho miedo.

No quiso hacer nada más que soltar un suspiro de alivio al ver que alguien se acercó a ayudarla, golpeando al hombre con su mochila.

— ¿Estás bien? No te preocupes ya llamé a la policía.

Era su ángel nuevamente, y su miedo era más por como lucía que por lo que acababa de suceder.

Se veía demacrada, con el cabello revoltoso y los ojos hinchados, su rostro rojo como si hubiera llorado, y su cuerpo tenso que sintió cuando la tomó de lo hombros.

Entraron al teatro cuando vieron que capturaron al hombre, se veía joven, tan joven que le preocupaba que lo dejaran libre.

Una vez adentro, seguía en shock, había tenido suerte de que su respiración de regulara y no tuviera un ataque de ansiedad en ese momento.

Nayeon no había soltado su mano aun, ambas parecían necesitar un abrazo.

— Me preocupe mucho por ti, debiste hablarme para que fuera a recogerte, ¡¿Por qué viniste sola?!

Estaba llorando, era raro que quien llorara fuera Nayeon. Eso alteró mucho más las ansias de la menor, se acercó a abrazarla.

— Lo siento.

El abrazo fue correspondido.

— No te disculpes. Suspiró. — Dios... no se que me habría pasado si te hacía algo, no quiero estar lejos de ti, no quiero que nos separen.

Pero, ¿Por qué sus palabras sonaban mas como una despedida que como un consuelo?

— ¿Estás bien, Nayeon?

No respondió, solo se aferró más al abrazo y su llanto aumentó.

Ambas estaban asustadas y preocupadas.

Preocupadas por ellas y por la otra.

Duraron así hasta perder la cuenta de los minutos, podían sentir que sus corazones se abrazaban junto a ellas. Así como sus respiraciones aún agitadas.

Y Nayeon sentía que ahora menos que nunca quería estar alejada de su pequeña alta Jeongyeon.

"Abrazaste mi alma y tocaste mi corazón con tus manos tibias".

...

HOLAAAAA, actualización pq si.
Sigan leyendo. 👀

SKTILH | 2yeonWhere stories live. Discover now