Ella sabe mi pasado, pero...

68 11 8
                                    

La menor temblaba de nervios, quería evitar que esto durase más tiempo, estiró su cuello y con rapidez comió del pequeño bulto de pastel.

— ¿Y? ¿Qué te parece? Relamió sus labios, observándola con esos ojos grandes.

— Está muy rico, gracias.

El momento no podía ser más cliché, y Nayeon se dió cuenta de eso al ver un grupo de migajas en las mejillas de su menor.

Soltó una leve risa y se acercó lentamente.

Acarició su mejilla; mejilla que posteriormente se volvió en un tono carmesí.

— ¿No te gusta? Es como en las películas. Habló, sin dejar de limpiar su mejilla.

— C-claro...

— ¿El café te gusta?

— Aún no lo prueb... Jeongyeon tartamudeó cuando vió las manos de Nayeon tomar su taza para querer darle como si fuera un bebé. — No, no, yo puedo sola.

Respondió con un puchero.

— Jeongyeon-ah.

— Mmm.

— ¿Sabías que me gusta mucho tu cabello?

— ¿Qué?

— Tu cabello, me gusta mucho.

— ¿Por qué? Con una sonrisa más nerviosa que feliz.

Porque si, no debe haber razón, idiota. Se indignó falsamente, dando un trago a su café y mirando por la ventana.

Los arboles se movían con ritmo, como si estuvieran coordinados a la música del lugar.

— Oye.

Nayeon volvió la mirada.

— ¿Recuerdas cuando llegué aquí?

— Como olvidarlo, yo fui la primera que habló contigo, estabas sentada tras bambalinas, llorando y diciendo que tenías miedo que tu audición no haya sido lo suficientemente buena como para que acepten tu papel.

— Dios, que vergüenza, ¿Qué tanto te conté?

— No mucho, sólo dijiste que tenías mucho miedo porque si no te aceptaban sería dinero perdido a la basura ya que tuviste que viajar hasta Seúl para seguir tus sueños, ¡eras una masita de quince años!

Apretó sus mejillas con suavidad.

Eras tan pequeña Jeongyeon-ah, siempre te metías en problemas y después ibas a esconderte en mi espalda.

— ¿Recuerdas mi primer obra? Fue "La Vida Es Sueño" tú lloraste por alguna extraña razón.

— ¿Por alguna extraña razón? ¡Yo te preparé para esa obra! Obviamente iba a llorar.

— Me sentí muy agradecida por tu apoyo, siempre he sentido admiración por ti. «también amor» y trato de esforzarme por ese apoyo que me sigues dando actualmente, aunque sea la imbécil del teatro.

— Oye, te he dicho que no le hagas caso a las tonterías que dice Momo. Se levantó de la mesa apoyando sus manos con fuerza, para rodear la silla de la menor y también sus hombros; llegando a un abrazo.

Jeongyeon podía sentir la respiración de Nayeon en su oído, y su mejilla pegada a la suya.

— Tú eres una actriz increíble y muy bonita.
Y pasó algo que todos querían y Nayeon no imaginaba.

Le dió un beso, que, aunque fue en la mejilla, fue una de las mejores sensaciones que había experimentado en sus cortos diecinueve.
Esos pomposos labios unidos a su mejilla provocaron que el rostro de Jeong ardiera en rojo.

...

— De verdad gracias por haber estado aquí, te prefiero así de tierna que estar todo el día con los ojos viendo al libreto.

— Bueno, hoy era día de descanso, me cuesta admitirlo, pero merecías salir de la rutina, después de todo, tu problema es mínimo.

Sonrió como respuesta.

— ¿Pedimos la cuenta? Debo volver sola a casa y pronto va a oscurecer.

— No hay problema, puedo llevarte.

— No, no, estoy bien, de verdad gracias.

— Insisto, quiero llevarte.

— Nayeon.

— Voy a llevarte.

Y como resistirse a sus ojos caídos y su boquita en un puchero, ¡imposible!

Pagaron la cuenta (en realidad fue Jeongyeon, se sentía culpable de que la llevaran a casa) y salieron del restaurante.

— Señorita. Cediendo la puerta del auto.

— No debías.

— No, no debía, pero quiero, eso vale más.

— Yo debería sacar una licencia, para evitar estas molestias.

Frunció el ceño.

— No eres una molestia, al contrario, estoy feliz de estar más tiempo contigo aunque sea en un estúpido auto.

No hablaron más el resto del camino, pero las mariposas se hicieron presentes al llegar a casa de la mas alto.

— Hoy fue una tarde feliz.

— Opino lo mismo, disfruté de tu compañía.

— Deberíamos s-salir más seguido.

— Me encantaría.

Sonrisas nerviosas imposibles de ocultar.

— Regresa con cuidado.

— Gracias.

En ese instante en la cabeza de Jeongyeon repetía la pregunta que le había hecho a Nayeon.

Ellas no imaginaban a la persona que amaban para decirlo.

No hacía falta.

Se tenían frente a frente.

Nunca era tarde para decir "te amo".

...

Actualización nocturna.
¡Hola! Volví con otro episodio, y uno de mis favoritos.
Gracias por leer ♡

— M r . L o v e r

SKTILH | 2yeonWhere stories live. Discover now