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Hola! les soy sincera, este capitulo está sin corregir, tiene algunos errores y les pido por favor que me avisen si ven alguno, de igual forma mañana estaré actualizando de vuelta y corrigiendo los errores tanto de este capítulo como de las otras actualizaciones, les aviso porque no quería dejarlos sin capitulo más días y sigo estudiando, mañana rindo y bueno, eso es todo, disfruten ¡los amo!

Hola! les soy sincera, este capitulo está sin corregir, tiene algunos errores y les pido por favor que me avisen si ven alguno, de igual forma mañana estaré actualizando de vuelta y corrigiendo los errores tanto de este capítulo como de las otras ...

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Jungwon recordaba que, cuando era pequeñito y tenía solo siete años, tuvo su primera subida de peso. Fue luego de invierno, uno especialmente frío, en el que casi no salió de casa para correr y subirse a árboles, y se la pasaba acurrucado en un nidito que hizo sobre su cama, comiendo bellotas y aguacates y piñones y almendras, hasta sentir su estómago pesadito. Sólo comía, sin pensarlo dos veces, sin importarle si estaba un poco más gordito que antes.

Cuando llegó al colegio luego se esas vacaciones de Navidad, algunos niños se rieron de él y diciéndole que ahora era una pelota de fútbol.  Esos niños eran tan pesados, ¡Sólo porque eran carnívoros se creóan con el derecho de tratarlo así!

Jake le dijo que no los tomara en cuenta, que ya se iban a aburrir.

No fue así, porque Jungwon sólo siguió y siguió ganado peso. Las burlas de esos niños le ponían de los nervioso, y a veces llegaban a propasarse, empujándolo o haciéndole zancadillas o incluso pellizcándole el estómago, en esencial cuanso tenían clases de deporte y debía usar una playera más ajustada. Toda esa situación lo hacía llorar tanto, y llegaba también llorando a casa, y mamá, para consolarlo, le daba un aguacate o varias almendras, porque eran las favoritas de Jungwon, y sólo así lograba calmarse un poco.

Gracias a eso, el niño relacionó desde temprano que podía relajarse cuando comía algo, y dejó de controlar la forma en la que comía. Jungwon realmente intentó arreglarlo varias veces, pero era muy difícil, en especial cuando los niños de su curso le decían palabras feas y lo hacían llorar. Parecía que lo único que parecía calmar el dolorcito en su corazón era la comida, lo único que lograba hacerlo sentir un poco mejor era tener su boca llena de bellotas.

Sin embargo, cuando tenía trece años, fue que se dio cuenta de que quizás debería bajar de peso. A inicio del año escolar, en su primera clase de deporte, al profesor no se le ocurrió nada mejor que medirlos y pesarlos. Jungwon vio su número en la balanza y sintió el alma caer al suelo al notar todos los kilos que tenía encima.

Jungwon decidió que había llegado el momento de, quizás, controlar un poco eso.

Su familia y amigos lo animaron a bajar de peso y Jungwon comenzó a hacer ejercicios, tratando de no desanimarse en ningún momento. Aunque también tuvo algunas recaídas en esos años, nunca más quiso ver ese número en la balanza.

Con diecisiete años, Jungwon todavía estaba con algo de sobrepeso, pero lejos de ese terrible número que lo hacía llorar tantas noches en su cuarto. Era muy difícil para él bajar de peso, porque debido a la ansiedad desarrollada, siempre que se sentía nervioso o muy mal, recurría a las comidas. Le costaba mucho seguir dietas por lo mismo, y el ejercicio era su principal recurso para mantenerse con un peso mucho más sano.

Wild Chipmunk [Heewon]Where stories live. Discover now