Wild Chipmunk [Heewon]

doce

Holis, este capitulo de vuelta está sin corregir, por favor avísenme si ven algún error y muchas gracias a la personita que me estuvo avisando 💗.

Sin más, disfruten!

Heeseung se sentía muy enamorado de Jungwon.

Niki estaba a su lado, hablándole de cómo fue su cita con Sunoo, pero siendo honesto, la pantera lo estaba ignorando. Su mente estaba volando al día anterior, cuando fue de la mano con Jungwon hacia la casa de él para dejarlo allí. Jungwon estuvo todo el camino con los mofletes colorados por la vergüenza, aunque sin soltarlo un poco, y Heeseung estaba muy feliz de verlo así.

Le gustaba Jungwon, le gustaba muchísimo. Le gustaba su cabello café, las pequeñas orejitas peludas que se asomaban entre éstas y cómo se movían cuando se encontraba nervioso. Sus ojitos oscuros, que brillaban cuandi veía algo que le gustaba, como un aguacate o nueces o almendras. Esas bonitas mejillas rechonchas, que le provocaban ganas de besar y pellizcar y acariciar en todo momento. Se veía especialmente tierno cuando se las llenaba con comida, poniéndose tímido y cohibido. Los pucheros que hacía con esos labios rosaditos, y la sonrisa que formaba cuando algo le hacía feliz. Por diosz y su risa... su risa era tan contagiosa, que no podía evitar reírse por cualquier tontería que dijera.

Heeseung estaba muy impaciente con que Jungwon aceptara pronto ser su novio, tener algo oficial, para así poder darle besos en sus labios. Sin embargo, no le iba a presionar, ¡jamás podría hacer eso! él esperaría a que el omega agarrara más confianza, aunque sí esperaba que fuera pronto. Besar a Jungwon debía ser como el mismo cielo.

--- ¿Me estás escuchando? --- preguntó Niki.

--- Claro que sí --- mintió Heeseung con felicidad ---. Sunoo te dijo que quería salir a cazar conejos contigo, ¿y?

--- Le pregunté si eso no ofendería a Jake, pero contestó que Jakey no debería enterarse, así que...

Desconectó su mente otra vez cuando, al levantar la vista por entremedio de la multitud, sus ojos se detuvieron ante una figura a varios metros de él, que le estaba ignorando. Olisqueó el repugnante aroma del resto de los estudiantes, haciendo un mohín de disgusto, pero sonrió con suavidad al notar la esponjosa cola de Jungwon alzándose. El chico le daba la espalda, sacando unas codas de su casillero para la siguente clase. Por primera vez, en mucho tiempo, lo vio sin sus amigos.

Estuvo atento por si alguien soltaba un comentario hiriente hacia el chico. No estaba dispuesto a tolerar de ese estilo, no frente a él, y si cualquier persona ofendía a su omega, entonces pagaría las consecuencias. Heeseung no podía entender el motivo por el que molestaban a Jungwon, por dios, era sólo un chico de diecisiete años con un leve problema de sobrepeso. ¿Desde cuándo algo como eso era motivo de burla? Eso le enfurecía hasta apuntos inimaginables.