Sangre

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El golpe brusco de la puerta abriéndose me sobresaltó. Vi los ojos sorprendidos de Steffan clavados en los míos. Y no fue hasta que el otro Alpha habló que pude romper el hechizo de su oscura mirada.
Lo tomó del brazo y se lo llevó al pasillo.

La pequeña Omega que estaba a mi lado no dejaba de temblar. Traté de apurar las curaciones. Sus heridas ya no sangraban pero sabía que el moretón del ojo y las cortadas en sus labios se le hincharían y le dolerían por varios días.

Apenas tuvo fuerzas para susurrarme un "gracias" y sujetada con amabilidad por el Alpha que volvía a entrar, me dejó solo en aquel baño frío.
Me enjuagué las manos con abundante agua, tratando de deshacerme de la sangre. Sabía que no era mi sangre. Aún así, no pude evitar temblar.

Apenas fui consciente de que Steffan caminaba hacia mí. Lo vislumbré a través del espejo cuando ya había pasado sus brazos a mi alrededor. Con inusitada delicadeza, comenzó a quitar las manchas de sangre bajo el chorro de agua.
No pude evitar volver a temblar.

—¿Está muy fría el agua?— preguntó apenas susurrando.

Su aliento me rozó el cuello.
Sentía su fornido pecho en mi espalda. Y me petrifiqué.

—Sí...— mentí.

Traté de olvidar qué tan cerca estaba de mí y miré la sangre que se escurría con el agua. Fue un error. Sentí un doloroso nudo en el estómago.

—Tranquilo, Bennet, no es tu sangre...—volvía a susurrar.

Oírle pronunciar mi nombre me hizo sentir más vulnerable.

—Pero podría serlo..._ Fui conciente de la desesperación en mi voz— Ella entró en su primer celo. Quiso huir al bosque, pero la rastrearon. Se enojaron porque ella los rechazó. Muchos sabemos que son una manada violenta. Disfrutan torturando, cortando, quemando...—hablé rápido, las palabras me salían atropelladas y temblorosas.

Steffan me hizo girar hacia él. Me rodeó con sus brazos fuertes y pegó su pecho al mío. Su aliento me acariciaba el rostro.
Descendió sus ojos hacia mí, era unos cuantos centímetros más alto que yo, y pronunció con su típico tono de líder Alpha:

—Nadie te hará daño nunca. Porque yo no lo permitiré. Voy a matar a cualquiera que te ponga una garra encima...

Y acercó sus labios a los míos...
Sabía que sería un error...
Sabía que más tarde, en medio de la noche, con hambre, con frío, me arrepentiría...
Aún así, no lo evité. Cuando sentí el primer roce de sus labios en los míos, aquel fuego bajo que hasta ahora había tenido controlado se encendió sin compasión...

Pero...unas voces que se acercaban...me pusieron en alerta y alejé a Steffan de mí, justo cuando un Alpha y una Beta entraban besándose al baño...

Nos miraron desconcertados y aproveché la interrupción para escabullirme mientras rogaba que mi cuerpo apagara aquel fuego que otra vez me empezaba a consumir...

STEFFAN #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora