Mentira

514 79 31
                                    

Sentí su aroma. Venía detrás de mí. Me sujetó del brazo y me obligó a seguirlo hasta la cafetería del Instituto. Con dos abundantes tazas de café, nos sentamos en una mesa apartada.

—Voy a preguntártelo una sola vez...

Percibí su furia.

—Nadie sabe quiénes son...— me adelanté a su pregunta—Siempre se tapan los rostros cuando persiguen y acechan a sus víctimas...

—No voy a preguntarte por ellos. Eso puedo averiguarlo yo mismo. Quiero saber sobre ti...

Mi cuerpo temblaba. El calor inicial había descendido bastante luego de los primeros sorbos de café. Pero la imagen de aquella Omega, tirada en el piso del baño con su rostro desfigurado, me acechó de repente...

—Cuando aquel Alpha me avisó, yo no podía creerlo. Pensé que podía ser una trampa para encerrarme en aquel baño y ...
Ya no pude seguir hablando.Sacudí la cabeza...
Podía notar que Steffan estaba tenso.

—Y aún así...lo seguiste...

Percibí decepción en su voz.

—Opté por creer lo que me contaba.Él la encontró tambaleándose, acurrucada y asustada detrás de un auto, en el estacionamiento... Y la cargó hasta aquel baño. Ella le rogó que nadie se enterara. Temía a la represalia. Le dio mi descripción y fue entonces que él me buscó...— yo hablaba muy rápido.

El pánico que sentía al rememorar todo aquello hacía que pronunciara las palabras de manera acelerada.

Sentía que de un momento a otro tendría un ataque de pánico.
Pero entonces, la mano cálida y fuerte de Steffan tomó la mía por encima de la mesa. Y fue como una medicina instantánea.

¿Por qué tenía ese efecto sobre mí?
¿Cómo haría para evitar volverme adicto a él?

Pero Steffan habló, cortando el hilo de mis turbados pensamientos:

—Quiero saber quién es...

Lo miré desconcertado.

¿Por qué continuaba enojado?

—¿Quién es...quién?

—Tu Alpha...

Me desconcertó aún más. Yo no tenía idea de a qué se estaba refiriendo. Me soltó la mano. Le dio un sorbo a su café e insistió:

—Dijiste que ya no me necesitabas... Quiero saber a quién te has entregado...

Volvía a sonar irritado, caprichoso, posesivo...

Y entonces recordé mi mentira: le había asegurado que tenía un Alpha.

Tomé un largo sorbo de café porque no sabía qué responder.
Me miró fijamente, sin parpadear, por un largo rato, hasta que finalmente volvió a hablar:

—¡No tienes ningún Alpha!- su voz sonaba a triunfo— ¡Eres un Omega asqueroso y también mentiroso...!

Me atraganté y comencé a toser.
Cuando por fin me aclaré la garganta lo desafié:

—¿Cómo estás tan seguro...?

—Porque si tuvieras un Alpha, no dormirías sobre ese colchón apestoso en el que duermes...Él te hubiera dado algo mejor. Y no estarías usando mi ropa ahora. ¡Él no te lo permitiría! ¡Yo no permitiría que usaras la ropa de nadie más!

—Mi Alpha...no tiene celos enfermizos...

Me arrepentí apenas lo dije. Sonrió triunfal.

— Decir que un Alpha no es celoso es como decir que el agua no moja... ¿Por qué me mentiste? ¿Y por qué te creí? Con sólo verte y olerte, cualquiera se da cuenta de que no existe Alpha alguno que acepte acostarse contigo, ni siquiera por lástima...

Apenas podía respirar. Decidí que no toleraría una humillación más de aquel monstruo desagradable.

—¿Qué más te da...? No te preocupes. No voy a molestarte más. Sigue tu vida. No volverás a cruzarte conmigo.¡Prefiero morir de dolor en medio de mi celo que tener que sentirte dentro de mí!

Su mirada de odio me confirmó que volvía a creer mis mentiras.
Me levanté y me alejé lo más rápido que pude de él...esperando que no fuera detrás de mí...y deseando desesperadamente que lo hiciera...

STEFFAN #PGP2024Where stories live. Discover now