Capitulo 8: Intimidad

858 75 9
                                    

Habiamos llegado cerca de los ascensores del apartamento de hombres.

Miraba para todos lados como si fuera un detective a medio sueldo.

-Kiyotaka ¿A que le tienes miedo?

Retomo la conversación cuando estábamos subiendo por el ascensor

-No tengo miedo por mi, solo que no estoy acostumbrado a esto.

-¿Enserio?

-Sí, no me siento tan cómodo.

-Yo creo que has mejorado, siento que me tratas de mejor manera. No es que hayas sido grosero solo que sentía que te comportabas de una manera más reservada antes-dijó con mucha seriedad

-Se debe a que me siento mejor ahora contigo,

Fui interrumpido porque el ascensor nos llevó a nuestro destino.

No se encontraba nadie así que no había ningún problema en pasar a mi cuarto.

A Kykyo se la veía un poco incómoda

Sus piernas temblaban poquísimo pero eran un poco perceptibles

-Kykyo si no quieres podemos ir a otro lugar, aún tenemos tiempo- dije amablemente

-No-Me agarro de la mano tocando mis palmas, se acercó a mi y me susurró.

-Vamos tú me guías.

No hay escapatoria.

La guíe hasta la puerta de mi habitación, saque mi llave y la inserté al primer intento.

Al abrirla Kykyo empezó a tornar sus ojos en una mirada periférica.

-No tengo nada interesante, entra y hablemos-todo entonado como si fuera un servidor.

-Que ordenado, me hace acordar a la primera vez que nos entregaron las habitaciones.

Tenía toda la razón, el único cambio que hice fue la posición de mi cama.

Había dejado sus zapatos en la entrada

Nuestras mochilas las dejamos juntas y mi celular lo puse cargar al costado de la mesa.

-¿Deseas algo de beber Kykyo? Antes de cocinarte, te puedo ofrecer té o café con leche.

-Que amable de tu parte, creo que quiero una taza de té.

Me puse manos a la obra.

Y mientras hacía el pequeño té, Kykyo husmeaba todo mi cuarto.

Parecía un gato conociendo su nuevo hogar moviéndose por todas partes.

-Kiyotaka, tu cuarto está muy limpio debo admitir que ha superado todas mis expectativas- mientras hacía una seña de aplausos.

-Siempre trato de mantener limpio todo.

Había pasado un minuto hasta que acabe el té y se lo entregue.

-Ten cuidado está un poco caliente-le advertí

Ella se encontraba en mi mesa y podía ver que su estado de ánimo se había equilibrado.

-Gracias-lo recibió con toda modestia.

-Kiyotaka ¿No vas a tomar té?

-No tengo mucha sed-repliqué

-¿Ni aunque te compartiera el mío?- poniéndome ojos parecidos a los de un felino.

-En ese caso creo que si tomaría un sorbo.

Me miraba de una manera rara mientras tomaba su té y señaló su bebida.

Como si las palabras no existieran.

Classroom of the elite | Diario de un estudianteUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum