[Arco 1] Capitulo 14 - Júbilo y Estupor

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"[...] Dios que es un padre generoso ha querido que esté... Su hijo... Viva está experiencia única y deje su vida en ofrenda a nuestra Patria... [...]"

Soldado Anónimo de Malvinas en una carta a su padre.

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Palacio del Gran Duque

La noche ya había caído sobre Baria, la capital del Gran Ducado de Roula, sin embargo la ciudad se encontraba más viva que nunca. La guerra había cesado y el Imperio Bell había caído en combate con Impor.

La capital, que antes se oscurecía completamente al caer el sol, hoy yacía más iluminada que nunca. La reciente llegada de infraestructura moderna importada desde Impor había permitido que la ciudad, a pesar de estar en su mayoría en obras, se iluminará gracias a la llegada de la electricidad.

La gente, familias enteras caminaban felizmente por la calle mientras el aire se llenaba de felicidad y júbilo, dicho ambiente también se sentía en otro lugar más lujoso, el palacio del Gran Duque.

Allí se estaba llevando a cabo una celebración con individuos políticos y poderosos de todo el país, aunque muchos también asistieron con la intención de conocer al poderoso Presidente de la gran nación que derrotó al Imperio. Varios de estos individuos guiados con una doble moral e impulsados por distintas ambiciones, no se imaginaban que sus ideas ya eran más que de amplio conocimiento para cada Imporiano que hubiese sido invitado a la fiesta.

Cuando la fiesta parecía llegar a su Apogeo hizo acto de presencia la persona que todos esperaban, Hernán entró acompañado a su izquierda por María y varios guardaespaldas.

Maria iba vestida con un elegante y radiante vestido rojo que destacaba sobre el de las demás mujeres. Al entrar todos guardaron silencio al notar de quien se trataba, las damas de forma elegante se inclinaron en señal de saludo, de igual forma los hombres hicieron una reverencia en señal de respeto.

Hernán al ver cómo era recibido por los nobles y celebridades presentes sintió como sus hombros eran aplastados por una presión imaginaria. Todavía no lograba concebir en su mente el hecho de que para todos los presentes era una figura de respeto y probablemente un héroe de la nación. Dejó largar un suspiro cuando la banda volvió a tocar una música elegante que probablemente debía ser música tradicional rouliana.

En cuestión de segundos vio como Dusan, el Gran Duque, caminaba hacía él esbozando una sonrisa de oreja a oreja.

"¡Presidente Hernán!¡Es un placer verlo como siempre! ¡¿Ha estado haciendo ejercicio?! Se ve más robusto" Dusan envolvió a Hernán en un aura de felicidad y diversión, Hernán supuso que por la forma en que caminaba probablemente había tomado algo de más.

"Trato de mantenerme en forma, siempre hay que estar saludable Dusan" Hernán hizo alusión a su recientemente obtenida habilidad que le permitía aumentar su masa muscular y fuerza con menos esfuerzo.

Dusan y Hernán caminaron por el inmenso salón mientras Dusan le transmitía a Hernán su felicidad y agradecimiento mientras hablaba de cosas triviales. Mientras escuchaba atentamente las cosas que Dusan repetía una y otra vez Hernán observaba la comida que había en las mesas. Por un lado, había cosas que en su vida jamás había visto y por otro lado había comida de Uruguay.

Hernán permaneció caminando junto a Dusan por unos minutos más hasta que Dusan repentinamente exclamó.

"Parece que debería retirarme, veo en los rostros de algunos nobles que desean hablar con usted, le deseo suerte"

Un Nuevo MundoWhere stories live. Discover now