7. Stained clothes.

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Hi~ No hay mucho que presentar en este capítulo en realidad, Yue se presenta a sí mismo de sobra, pero si nos da una idea de a dónde irán varias relaciones de Eiji, no solo con Ash, sino con Shorter por ejemplo. Espero que les guste, es muy de transición para mañana que se nos viene más fuertes.

Gracias por leer~

—¿Estás cómodo? —Yut-Lung alza una copa frente a su invitado

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—¿Estás cómodo? —Yut-Lung alza una copa frente a su invitado.

—Se ve cómodo, señorito Lee. —Wu le responde.

—Veo que sí.

Si bien, el vino presenta un matiz más rojizo al que su paladar acostumbra, las notas otoñales aunque dulzonas impregnadas a la fragancia lo hacen digno de ser consumido en semejante celebración. Esa es la ofrenda del altar. La hostia en misa. El sacrificio al siervo. Sonríe. Sus dedos se deslizan alrededor del cuello de cristal hasta los bordes adornados de gotas ensangrentadas, no es propio del más joven invertir tanto esfuerzo al instante de intoxicarse sin embargo la situación lo amerita de sobremanera.

—Deberíamos hacer un brindis ¿no crees? —Sus palabras se encuentran cargadas de saña, el aire se aprecia sofocante dentro de la mansión—. ¿Por qué podríamos hacer un brindis? Mi mente se quedó en blanco además de este encuentro, claro.

—¿Quiere que responda, señorito?

—No, deja que él hable, Wu.

—¡Mph!

—¡Ah! ¡Ya sé! —Yut-Lung esboza una lenta sonrisa aterciopelada, alza la copa, no mucho, lo bastante para que roce sus labios y sienta el frío sangrar hacia su piel—. Por tu boda Okumura, aunque tal vez te debería empezar a llamar por tu otro apellido.

«Callenreese».

—¡Mhm! —Un montón de ruidos y chillidos ininteligible salen del otro lado de la mordaza y le restan la diversión a esta reunión de viejos amigos, sus miradas se entrelazan a través del comedor, sus ojos de cervato ingenuo están plagados de otra cosa que lo incita a morder su labio inferior y es un deleite.

—Puedes dejar que hable. —Wu finalmente le quita la cinta de la boca.

—¡No puedes andar secuestrando a las personas a tu antojo!

—¿Secuestro? —El más joven se lleva una mano al pecho ante tan vil acusación—. Estamos tomando alcohol juntos para celebrar tu boda ¿cómo eso es un secuestro?

—¡Estoy amordazado!

—Estabas amordazado. —Lo corrige del otro lado de la mesa—. Y pensé que te gustaría algo de picor considerando que no tuviste una despedida de soltero adecuada.

—¡Estoy atado a una silla! —Hay un tic en su ojo cuando dice eso y la excitación se vuelve más grande en el corazón del chino, si algo ama es molestar a la gente estúpida y esto es hilarante.

Vida doméstica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora