18. Discount at a favorite store.

1K 118 895
                                    

Hi~ Como les comenté, este capítulo sirve para que poquito a poquito vayamos entendiendo dónde estarán nuestras luchas con Eiji y también de donde vienen, porque igual es relativamente facil para externos ver la falta y decir cosas como "tienes que validarte o no pienses así" pero pensando que Eiji lleva toda una vida minimizandose, nop, no será tan sencillo y no pasará de un día para otro, así que, como todo en la vida, lo haremos con paciencia y amor y uno que otro porrazo, pero hoy no, hoy solo hay confort.

Espero que les guste~

—Estoy pensando en asistir a terapia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Estoy pensando en asistir a terapia. —Aunque quiere soltar la idea con firmeza porque comprende que es algo que merece, su corazón es un océano repleto de turbulencias que se refleja en el temblor que pende en su voz, no es una imposición la que suelta sino una pregunta ¿te parece bien que vaya?

—Terapia. —La palabra se repite con amargura—. No entiendo.

—¿Qué no entiendes?

—Por qué piensas en ir, eres normal. —Eiji traga duro aferrándose con firmeza a la carcasa del celular.

—Porque me estoy teniendo que adaptar a todo esto del matrimonio y ha sido difícil, Estados Unidos es distinto a Japón.

—Sigo sin entender, Eiji.

«Eiji».

Odia cómo su madre lo pronuncia casi como si quisiera decirlo lo más pronto posible para zafarse de la tortura, es distinto al: Ei-ji de Ash que lo hace sentir especial. Es severo. Indiferente. Decepcionado.

—Yo debería ser la ofendida acá. —La furia de su madre aumenta in crescendo, Eiji retrocede aunque no la tiene enfrente—. Tú te casaste con esa extranjera sin siquiera invitar a tu familia al matrimonio.

—Esa. —Repite con tristeza, su madre aún cree que es una mujer, si fuera lo suficientemente valiente le clarificaría ahora mismo la naturaleza de su matrimonio ¿pero cómo hacerlo? Su padre no da signo de mejoría y probablemente fallezca pronto, no debe darles más peso (menos si ni siquiera está allá).

—Terapia. —Entonces suelta en una risa amarga—. No entiendo qué tantos problemas sufres si eres joven y tienes el mundo a tus pies, qué habría dado yo por las oportunidades que tienes pero en vez de tratar de verle el lado positivo te ahogas en un vaso de agua.

—¿Un vaso de agua? —Ríe.

—Sí.

Mamá el primer día que llegué a América me secuestraron y me apuntaron un arma en la cara, pensé que moriría pero en vez de eso murió un niño y la culpa nunca se fue. Skip me sigue. Aun escucho esa voz tan inocente e infantil admirando a Ash. Mamá casi matan a Griffin porque me siguieron pero ni siquiera pensé esa posibilidad. Todos parecen tener normalizada la muerte a mi alrededor y si no me adapto rápido y aprendo a hacerlo o al menos a disimularlo Ash me enviará a Japón así que engañaré a quienes amo, les diré que estoy bien. Fingiré que no me duele ver a Ash llegar con la ropa empapada de sangre o apestando a pólvora. Fingiré que no me duele ser el único que no sepa nada. Que a veces despierto porque la culpa es una daga incrustándose más y más profundo en mi alma. Mamá...estuve a punto de ser violado y tuve miedo. Mamá, Shorter estuvo muerto un par de segundos arriba mío y lo único que recuerdo es su mirada aterrorizada. Mamá, casi matan a Ash por mi culpa.

Vida doméstica.Where stories live. Discover now