Mute ──── Slimeriana (editando)

014

El director comprendió completamente la decisión de ambos jóvenes de cambiarse de colegio, por más que quedara un trimestre para que termine el ciclo.

Por más que estaba enojado con Slime por no haberle dicho nada, ya que el joven finalmente confesó que habían sido varias veces las golpizas, que no era la primera, Vegetta ayudó a acelerar el cambio de escuela, recomendando una con orientación artística, cuyo director era amigo de él.

Según sus palabras, un hombre extravagante y apuesto llamado Rubius Doblas.

A la semana, ambos chicos comenzaron de nuevo, en un lugar más verde, con gente tocando guitarras bajo los árboles, acompañados de otros que cantaban letras inventadas, más personas que hacían dibujos rápidos de cualquier cosa que llamara su atención.

Mariana le había regalado un nuevo cuaderno, está ver más bonito que el anterior, con tapa dura para que pueda escribir donde sea, y con su nombre grabado en la tapa para que el mundo supiera de quién era.

Mariana recordó cómo había estado sonriendo todo el día, a pesar del dolor de su labio, sonrió hasta que se acostumbró a ese dolor, y le agradeció escribiéndolo en ese mismo cuaderno, sindo las primeras palabras "Gracias, Mariana".

Slime palmeó el brazo de Mariana, señalando en dirección a un chico tocando un saxofón, con un muchacho en silla de ruedas frente a él.

Mariana sonrió al ver a Slime sonreír por eso, con el corazón algo dolido por el labio que no había terminado de sanar, por más que al chico no le doliera, a Mariana sí.

Por decisión de Slime, se hicieron amigos de aquellos dos chicos primero.

El saxofonista se presentó como Dream, y el otro muchacho con corte aesthetic era Quackity.

Mariana se presentó por los dos, con algo de miedo al decir que Slime era mudo, pero los dos chicos no lo tomaron como si fuera una discapacidad, un problema, un error.

Por primera vez slime encontró alguien más que Mariana que lo trate igual que el resto.

Para el final del día ya eran amigos, y hasta Dream llegó a prestarle su saxofón a Slime, instrumento que el chico sopló muy fuerte y casi cae hacia atrás por lo aturdido del sonido, pero Mariana se había apresurado a sostenerlo.

Eso provocó risas, porque slime había sido muy adorable con su cara de susto.

A Mariana se le seguía derritiendo el corazón cada vez que veía la risa silenciosa de Slime.

Y estaba feliz de haber llegado a un lugar donde podría verla más veces.