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Advertencia: Masturbación.

Por la mañana, lo primero que vió Slime al estirarse y abrir sus ojitos, fue a un Mariana ya vestido, pero acostado a su lado, usando el celular

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Por la mañana, lo primero que vió Slime al estirarse y abrir sus ojitos, fue a un Mariana ya vestido, pero acostado a su lado, usando el celular.

— Buenos días, lindo— coqueteó el castaño oscuro, haciendo que Slime se ruborizara y sonriera, hasta que vió el celular y lo reconoció, arrebatándolo de las manos de su novio— ¡Slimesito, vamos! Hace como una semana que no uso un celular, ¿Sabes la abstinencia que tengo?

Ignorando sus palabras, el chico mudo dejó su celular sobre la mesa de luz, se quitó las sábanas de encima para levantarse, pero, para extrañeza del otro, las volvió a colocar sobre su cuerpo, metiéndose de nuevo en la cama.

Mariana frunció el ceño, pero no quiso preguntar nada.

En cambio, fue él quien se levantó, acomodando un poco su ropa, calzando unas pantuflas, dispuesto a ir abajo.

— ¿Vienes a desayunar? — le preguntó, a unos pasos de la puerta.

Notó que slime estaba muy ruborizado, al punto que parecía un tomatito, el chico negó.

Mariana notó que estaba incómodo o nervioso, por algo.

Y además, si él no lo obligaba a desayunar, la señora Wilbur lo haría, así que Slime nunca se negaría sin alguna razón importante.

Mariana se acercó a la cama de nuevo, sentándose junto a él.

— ¿Que tienes, bebé? — preguntó, dejó unos cuantos besos en el rostro de slime aunque el chico volvió a negar, dando a entender que no quería decir nada al respecto—. Anda, dime— mariana acarició sus mejillas, sus miradas se encontraron—. Sé que te pasa algo, puedes decirme.

Slime suspiró, le hizo una seña para que se levantara, Mariana lo hizo y lo vió levantar las sábanas de nuevo, y le tomó un momento notar que era lo que le incomodaba tanto a su novio.

Mariana rió un poco.

— Es sólo una erección matutina, Slimesito— dijo, con una sonrisa—. Es normal, no tienes que avergonzarte— Mariana volvió a sentarse a su lado—. Anda, ve al baño, desquitate, y te espero abajo con el desayuno.

Slime negó, haciendo un mohín.

— ¿No? — Yoongi frunció un poco el ceño— ¿No qué?

El mudo suspiró, tomó su celular y escribió en la allí de notas.

"Se irá sólo. Tengo que esperar un rato".

Mariana leyó varias veces las palabras, una parte de él no podía creerlo.

— Charlie, tú... ¿No te tocas? — preguntó, de la forma más sutil.

Slime era especial, único y como quieran decirle, pero seguía siendo un adolescente de dieciséis (casi diecisiete) años, ¿Qué persona de su edad no se tocaba?

Mute ────  Slimeriana  (editando)Where stories live. Discover now