El hilo rojo de Obanai [ SaneGiyuuOba ]

VI

No puede creer todo lo que ha pasado.

Sus ojos no dejan de ver el techo atónito y su mente está hecha un caos. Siente como su cuerpo tiembla al acordarse de lo que se dejó hacer.

«Giyuu, me gustas…»

—¿Porqué dije eso...?

Lágrimas se deslizaban por sus mejillas, no de tristeza, no de felicidad, si de impotencia al saber que pudo pero no evitó eso, no había respetado a Mitsuri estando con ella. Giyuu ni siquiera tuvo el valor de quedarse con él para poder hablar de lo que pasó, eso lo hacía pensar que quizá sólo se había aprovechado de lo vulnerable que estaba para hacer que se sienta la peor persona. Tal vez siempre lo planeó, tal vez siempre quiso utilizarlo... Pero no, sabe que Giyuu no es así y que él también había tomado del sake que le invitó.

—No puedo creerlo, hemos tomado y dormido juntos antes ¿Qué se supone que pasó ahora? —Dice cubriéndose su rostro con uno de sus brazos —¿Porqué con él?

Ya no tenía ganas de salir, su cuerpo se sentía adolorido y su mente no estaba lista para idear planes y juntarse con Giyuu después de lo que habían hecho, no quería verlo. Esperaba olvidarse de lo que pasó y que él haga lo mismo, así nunca hablarían del tema y quedaría como algo que nunca pasó, olvidado y borrado para siempre. —Espero que así sea...  —A los segundos Kaburamaru entra por una de las ventanas tras haber estado toda la noche vigilando el bosque y va junto a su amo para poder ver como estaba. Era solo una serpiente y cualquiera creería que no le importaba lo que pasaba pero este podía sentir las emociones de su dueño y estaba seguro de que Obanai nunca estuvo así antes: Asustado.

Porque su cuerpo había sido tomado por el de un hombre y ya no se sentía digno de estar con Mitsuri.

—¿Acaso mi hilo rojo no estaba conectado con el de ella? ¿Porqué tengo que sentirme así?

—Es ese mi pedido Oyakata-Sama, no puedo seguir en la misma misión que Obanai porque se me presentaron otros deberes por ahora.

—Esta bien, entiendo tu punto Giyuu así que no te preocupes, cuándo él llegue aquí le haré saber. —El pilar da una reverencia y sale de ahí sin decir nada más. Trata de mantener su serenidad por fuera para no descontrolarse por dentro pero no puede evitar golpear su frente al recordar lo que hizo. Tenía en mente que Iguro se había dejado y que él también ayudó con gran parte del trabajo, pero no creyó que se sentiría de esa manera, como si hubiera abusado de él a pesar de que se dejó.

—Si no hubiéramos planeado esa maldita broma jamás hubiera pasado esto —No podía evitar estar molesto y se regañaba a sí mismo observando el suelo desesperado —Mayoría de veces dormí con él borracho, no puedo creer-

—¡Giyuu! ¿Que pasó, tan rápido terminó tu misión con Obanai? —Sanemi aparece delante suyo haciéndolo gritar y Tomioka le da un fuerte golpe en su cara al pensar que era un demonio —¡Oye!