IX

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Lo ha intentado.

Realmente lo intentó.

Desde que despertó en aquella cabaña después de haber sido tomado por su compañero.

No podía, era imposible olvidar lo que sintió y vivió. En ese momento se consideraba así mismo la peor persona del mundo tanto que quería morir. Recordaba mayoría de cosas, entre ellas cuando él mismo incitó a probar una nueva posición. Sabía que por más que lo intentara ya no volvería a tener su cuerpo limpio. Engañó a Mitsuri, engañó a Sanemi, manchó su puesto de pilar... Y ahora estaba en busca de engañarse a sí mismo tratando de tapar todo el error y de hacer como si eso fuera algo que nunca pasó, o que si lo hizo fue por algo más que una simple broma que se salió de control y a la cuál el cayó.

Aquel extraño sentimiento de dolor, si Giyuu había llegado a ese extremo era porque tal vez, sólo tal vez, inconscientemente tenía sentimientos hacia él y aprovechó el momento para tenerlo ¿No? Tenía que ser eso...  No debía recordar aquél encuentro como algo horrible cuando sí lo fue, tenía que mentirse... Creer que realmente sí lo disfrutó a pesar de que al día siguiente había llorado demasiado. El hecho de haber estado ebrio fue el que evitó que gritara o pidiera que parara, aquella sustancia en su sangre, eso hizo que continuara y siguiera hasta el final, Giyuu no podía decirle que simplemente fue algo que pasó por error...

Si Mitsuri sería su hilo rojo nada de eso hubiera ocurrido... Eso probaba que la leyenda simplemente era eso, una leyenda, algo irreal y estupido... Y si no lo fuera, entonces Giyuu era su hilo rojo y el destino los estaba juntando de esa manera para que pudieran estar juntos, con algunas complicaciones al principio, pero triunfantes al final. El tiempo lo decidiría, tal vez la mentira que ya decidió decir ayudaría a que todo vuelva a ser como antes y retomaría su relación con Mitsuri, vivirían juntos hasta morir y dejaría todo lo que está pasando como una anécdota.

Pero que mente más estúpida.

Jamás podría olvidar lo que hizo con Giyuu.

¿Como llegar a engañarte de esa manera para no sentirte miserable luego de haber sido tomado por otro hombre? ¿Realmente estaba bien? Ya no estaba siendo consciente de lo que podía ocasionar con sus mentiras tanto al resto como a él mismo, y aunque en ese momento podía parar y decir la verdad para evitar más problemas, sólo llenó a su cabeza más ideas estúpidas que en nada ayudarían.

Pero que las iba a realizar.

- Obi, ¿estás bien? - La voz de su compañero lo hace volver al presente - Le dije a mi cuervo que le avisara a Oyakata-Sama que no estaremos cazando por cinco días, creo que es suficiente para que te recuperes ¿No?

No, no era suficiente, si después volvería a ver a Giyuu delante suyo toda esa calma se iría por completo - Sí es suficiente.

- ¿Ya quieres descansar o jugamos a algo mientras tanto? - Era tarde ya, el sol se había escondido. Cuando llegaron a la finca de Sanemi almorzaron y decidieron hablar de algunas cosas que los hizo matar tiempo. Obanai había logrado olvidarse de su realidad en todo ese tiempo, pero no era suficiente. Con algo de cautelo observa la mirada atenta de su compañero hacia su persona por unos segundos y duda un momento en qué responder. No quería descansar... No tenía ánimos de dormir y mucho menos soñar con algo que probablemente involucrara a Tomioka, tenía miedo, y compartir futón con Sanemi tampoco lo animaba.

¿Y si él también estaba con eso de la broma? ¿Si él también tomaba de su cuerpo mientras dormía y al día siguiente simplemente se iba? ¿Giyuu le habrá dicho algo?

No, ese ya había quedado en ser su secreto, tal vez si Sanemi lo haría sólo lo haría por sí sólo.

- ¿Obi?

El hilo rojo de Obanai [ SaneGiyuuOba ]Where stories live. Discover now