El hilo rojo de Obanai [ SaneGiyuuOba ]

XVIII

Ya no pudo soportar más ver el dolor que él mismo había causado.

Nada, no había hecho nada para solucionarlo, sólo pensar egoístamente en él desde que supo que tenía sentimientos no correspondidos. Consciente o inconscientemente, había originado aquel grave problema y ya no tenía otra forma de solucionarlo que no sea esa; cortando los hilos de las personas que estaban ocasionando un revuelo en su cabeza sin saber el daño que iba causarles al separarlos de esa manera. De una manera tan dolorosa...

Porque estaban empezándose a reconciliar...

Deseaba muy internamente que el Hilo rojo de Obanai se uniera al hilo roto de Mitsuri e inicie todo de cero, ahora más que nunca, que esa luna superior amenazó con terminar con él y no quería que Mitsuri se quedara sola. Quería que puedan tener esta vez, un comienzo mejor.

Uno como tanto soñaron antes.

En este momento lo único que puede ver son las llamas de fuego que acaba de provocar con su respiración luego de haber saltado hacia ellos. Una que solo él puede ver, nota cómo los hilos rojos que acaba de cortar quedan en el aire en busca de unirse con otras personas y va deshaciéndose del dolor... Va deshaciéndose de todos los problemas que tendrían. Una sonrisa de alivio se forma en su rostro mientras los tres pilares llevan una expresión neutral al no saber que acaba de suceder.

Kyojuro observa a sus compañeros aún tomando con fuerza su katana y se queda quieto en espera a lo que fuera a pasar.

No es hasta unos segundos después que logra escuchar algo tras suyo.

Voltea su mirada asustado pensando que puede ser un demonio pero al hacerlo sólo ve como del suelo salen dos rosas totalmente negras acompañadas de largos tallos oscuros que tenían espinas entre sí. En medio de la rosa se forma una punta de flecha totalmente perfecta y estás se elevan hasta lo alto sin despegar su tallo del suelo.

Luego ambas apuntan a un mismo lugar.

- ¡Señor Rengoku, lo estábamos buscando!

Kyojuro queda totalmente en shock.

Había escuchado que Senjuro iría a visitarlo uno de esos días para ayudarlo en su recuperación, realmente lo esperaba con ansias, ¿pero porqué justo en ese momento?

¿Por qué justo en el peor momento?!

Tanjiro y él se encontraban ahí, cerca a él, ese era un lugar seguro puesto a que aún no habían sobrepasado la valla de glicinias, pero si podía intuir bien, esta vez el peligro ya no serían los demonios.

«No no no, no es cierto...»

El pilar trata de avanzar para evitar que sean atacados pero sin poder evitarlo, sus rodillas caen al suelo abruptamente y su cuerpo es apresado por tallos que salen de dónde estaba, estos impidieron que se mueva. Su boca también es cubierta bruscamente y su mirada muestra miedo.