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—¿Lista para una temporada como una adolescente normal?— Preguntó Fallon mirando a Beatrix, la cual había salido de su habitación completamente lista.
—Deberías de preguntarle al Primer Mundo si están ellos listos para un hada de aire poderosa.— Respondió la pelirroja con una amplia y victoriosa sonrisa.
—Créeme que nadie está listo para ti, hermanita.— Sonrió mientras terminaba de desayunar.
—¿Y cual es el plan de hoy? Ayer me tuviste todo el día viendo la ciudad, y aunque hacer turismo es entretenido, pensaba que me enseñarias... No se, aquello que hacía la Fallon anterior a descubrir ser un hada.— Beatrix se sentó en una de las sillas, sirviéndose una taza de café junto a una tostada.
—Tendrá lugar esta noche.— Respondió la morena. —Esta noche es la fiesta de la playa, la organiza mi mejor amigo, Justin. Y vamos a asistir.— La reveló sorprendiendo con sus palabras a su hermana.
—¿Voy a conocer a tu mejor amigo?— Inquirió preocupada, ya que sabía lo que les pasaba a las hadas que se excedian en las fiestas.
—No te preocupes por perder el control, cuando llegue le conte lo que soy, y también sabe de ti.— La explicó haciendo que Beatrix alzará la cabeza y la mirase completamente sorprendida.
—¿Le dijiste la verdad?— Inquirió mirando a su hermana con desaprobación, ya que lo que le hacía al Otro Mundo un misterio y un secreto, era porque los seres humanos del Primer Mundo jamás lo sabían, ellos no creían realmente en las hadas o en la magia, para ello eran historias y cuentos que se les leían a los niños antes de dormir.
—Obviamente.— Respondió sin entender porque le molestaba a su hermana que le hubiera revelado aquel secreto. —Es mi mejor amigo, lo único que me ata a este lugar, no podía no contárselo, además de que hablar con él me ayudó. No te preocupes por el secreto, no se lo dirá a nadie.— La tranquilizó entendiendo de alguna forma su miedo, pero ella también necesitaba compartir aquello con alguien que no conociera su nuevo mundo, además de que no podría mirarle a la cara y guárdarle todo aquello, se hubiera dado cuenta de que le estaría escondiendo algo.
—¿Cómo estás tan segura?— Preguntó la hada de aire algo desconfiada.
—Porque si los dos nos pusiéramos a contar todo lo que sabemos del otro, créeme que habría una guerra.— Garantizó sabiendo que no diría nada, no por ello, sino porque confiaba lo suficiente en él como para hacerlo, además de que si llegaba a decir que su mejor amiga era un fénix, la gente le tomaría por alguien loco.
—No sabía que fuerais tan unidos.— Murmuró Beatrix sorprendida, ya que su hermana apenas había hablado de él, lo que la hacía suponer que era o bien para ocultar su vida del Primer Mundo o bien para protegerlo, o tal vez fueran ambas.
