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-¿Por qué no me lo contaste?-Le cuestiono Draco a Arabella en la enfermería, mientras la señora Pomfrey atendía a Neville, que estaba inconsciente en una de las camillas de al lado.-No quiero forzarte, pero Arabella, ¿Fue por lo que te regale? ¿Te cause un problema?

-En lo absoluto, de hecho lo tengo oculto... Pero es que...-Arabella trataba de hablar, pero no sabía que decirle a Draco, no sabía cómo explicarle todo lo sucedido y la razón por la que había omitido contarle.

-¿No confías en mi? ¿Te amenazaron?

-Si confío en ti, pero no quería contarte ese día porque todos estaban ahí y no quería que supieran de mis problemas. Además si enviaba una carta no sabía nisiquiera que escribir, lo lamento.

-No te disculpes. Y si deseas contarme, esta bien, si no, lo aceptare, pero cuídate, ¿Si?

-Bien, te contaré, porque aguantarlo no me ayudará...-Tras eso Arabella relato de manera un tanto extraña su historia, no como si volviera a vivirlo, si no que, no mostraba muchas emociones y tendia a reírse a medio relato y esto le resultaba raro a Draco, quien la escuchaba con atención. Y al finalizar, solo se quedó mirando a la nada, mientras ponía su mano en donde estaba el gran moretón, aún evitando mostrar emoción alguna, aunque eso no era lo que su corazón sentía. Y omitiendo por completo contarle que después de todo, había vomitado aquel pastel de cumpleaños.

-No tenía idea de que eso podía ocurrir así... lo siento.-Respondía el rubio sin despegar sus grandes ojos grises de los de Arabella, mientras buscaba las palabras suficientes para reconfortarla.

-No pasa nada, ya paso.-Dijo Arabella, también mirando al chico y regalandole una media sonrisa.

-Bueno, lo único bueno de que me peleará con ese Weasly, es que ahora tu y yo combinamos, ¿Ya viste?-Hablo Draco en un tono burlón, mientras señalaba su propio moretón en el ojo.

Y ambos comenzaron a reír al unísono. Tras una risa larga de ambos, la señora Pomfrey se acercó a ambos y reviso sus ojos amoratados. De primera mano, supo por completo que el ojo de Arabella tenía más antigüedad que el de Draco, teniendo en cuenta que tal vez ese ojo no había sido resultado de la pelea. A ambos les puso una pomada y ambos moretones ya habían desapareció de manera rápida.

-Creo que es el que uso mi madre la otra vez en ti, Arabella.-Le dijo Draco a su amiga.

-Es verdad, estuve parte de las vacaciones buscando con que bajar la tonalidad y nada...

-¿Perdón?-Cuestiono la señora Pomfrey, uniéndose a la conversación.-¿Esto ocurre seguido?

-Estem... Algo así, es que en mi casa hay gnomos de jardín y cuando los trato de sacar de casa, siempre me termino lastimando con ellos.-Respondio Arabella al cuestionamiento de manera astuta, aunque la señora Pomfrey solo fingió creerle y mientras Draco apreciaba como era un tema que no debía ser tocado de ningún modo y que siempre mentiría a quien preguntara que ocurría en casa.

-Claro, comprendo... ¿Te molesta si hablo de esto con tus padres?-Sugirió la señora Pomfrey.

-¡No!-Grito Arabella totalmente alarmada, mientras detenia a la enfermera del brazo, rogando porque no hiciera nada.-¡Por favor no hable con mis padres!

-¡Claro!-Dijo la enferma, rapidamente ante la acción.-¿Al menos me permite hablar con su jefe de casa?

-Si, esta bien, ¿Pero que le dira? Es que solo es un moretón, es más ya no esta, ¿Me puedo ir?-Arabella cada vez estaba más exaltada y quería bajarse de la camilla para poder irse.

-Arabella...-Le decía Draco.-No creo que sea nada malo.

-¿Será rápido?-Le cuestiono asustada Arabella a la enfermera.

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