╰──│C : 1 0 ꕤ │

44 9 26
                                    

En el despacho del director Albus Dumbledore, se encontraba acompañandolo, como de costumbre el profesor Severus Snape, este último quien observaba como el director daba vueltas sobre si mismo mientras se cuestionaba algo.

—¿Entonces conoces a la chica y a Draco?—Cuestionaba Dumbledore.

—A Draco, a la chica solo la había visto en clase, es muy peculiar y con eso no me refiero a su actitud, pero, ¿No le parece que ambos ocultan algo?—Respondía el profesor Snape.—Son muy pequeños, sin embargo, tienen una complicidad muy extraña. Además la vez que hablé con ella, pude entrar en sus pensamientos y pude verla, no solo sufriendo si no que al llorar, no salian lágrimas, si no, algo plateado, como la sangre de unicornio, pero a su vez se veia como humo...

—Son recuerdos, Severus... Pero no tengo idea de porqué salen de ella como si nada...—Tras eso el profesor dejó salir una pequeña sonrisa.—Y al parecer le pasa algo igual a Draco, porque el día de su castigo, Hagrid afirma a que ambos estaban fumando, ¿No es acaso obvio que ambos lloraban? Tengo una teoría, ambos lloran recuerdos, ¿Pero que ven?¿Pueden verlos? Porque, la chica, Arabella tiene visiones, también lo vi.

—¿Visiones?

—Así es, yo también entre en la mente de ella. Sin embargo el recuerdo que tuvo fue muy borroso y no salia humo de su cabeza.—Tras un breve análisis Dumbledore, clavo sus ojos azules en los ojos negros de Snape.—Además su collar no es cualquier collar, es un vial.

—¿Cómo sabes que es un vial?

—Eso no importa, pero escúchame Severus. Se que es muy difícil cuidar a Harry, pero quiero que vigiles al joven Malfoy y sobre todo, a la señorita Ohardy, si eres tan amable...

Los días siguieron su curso, Arabella y Draco permanecían juntos durante las horas de estudio y trataron de ya no meterse en problemas. Los exámenes finales se avecinaban y Arabella nunca pudo ver tanta seguridad en alguien, como la que tenia Draco de pasar todos y cada uno de esos exámenes. Por otro lado, no volvió a visitar a aquel centauro, ni para hablarle de sentimientos que no comprendía, ni para saber exactamente a qué se refería con todo lo que le dijo la noche del castigo.
Y esperaba no volver a meterse en problemas que involucraran al "Elegido"

Draco comenzaba a estar con su círculo de amigos, sin excluir a Arabella, pero ella aun no se sentía a gusto con ellos o con los compañeros con los que compartía clase, ya sean Ravenclaw o Hufflepluff y Gryffindor, incluso con sus compañeras de habitación. Aveces se cuestionaba ¿Por qué estaba tan aislada? Sabía que podía acercarse a los Gryffindor, por cruzar palabras algunas veces, pero no quería problemas. Quería a Draco, pero el tenia una vida también.
Así que aveces se quedaba rondando por Hogwarts, deambulando, estudiando o admirando los paisajes.

¿Había algo malo con ella?

Pronto pasaron los exámenes y solo quedaba esperar los resultados, Arabella disfrutaba mucho estar por su lado, sola. Tenia miedo de regresar a casa, ya que podía respirar en Hogwarts de la libertad que tenía. Podía usar su vial fuera de su túnica, podía tener el cabello suelto, ser ella misma y lo adoraba.
Aunque en realidad nunca estuvo sola, eso es verdad, alguien la seguía y admiraba la tranquilidad que está representaba.

Por otro lado, durante una tarde aquellos chicos de Gryffindor que no paraban de ser seguidos por los problemas, de nuevo se encontraban angustiados. Sabían algo, algo que no debían y el peso de saber cada detalle les remordia la conciencia ¿Que estaban tramando? Pronto optaron por incluir a Arabella, ya les había ayudado una vez y necesitaban una carnada.

—Oh, cállate, yo no lo voy a vigilar.—Decía Hermione.—¿Y por qué no le decimos a Arabella? Neville dijo que los había visto conversar en la enfermería y además es de su casa...

《 E f e c t o  M a r i p o s a . 》Where stories live. Discover now