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En ese momento, cuando Arabella escucho la voz de aquel hombre misterioso supo que no tendría otra alternativa que fingir su muerte al mismo tiempo que el maleficio golpeara a cualquiera de sus compañeros. No había pensado en ninguna otra cosa, era fingir morir o morir de verdad. Así que al escuchar como la maldicion golpeaba a uno de ellos, fingió caer boca abajo.

—¡Señor! Logré darle a ambos de un solo maleficio.—Dijo con emoción la voz del hombre que había matado a Cedric.

Arabella tenía tanto miedo que no era necesario quedarse sin mover, el terror la había paralizado de pies a cabeza, mientras una sensación de ansiedad la inundaba, comenzando a avanzar desde su nuca hasta su espalda. Nisiquiera se sentía capaz de llorar, ni de temblar, solo respiraba sutilmente mientras su corazón parecía querer salir de su pecho.

—Que no escuche mis pensamientos, que no sepa que tengo miedo, que piense que estoy muerta...—Pensaba Arabella.

A sus espaldas logró escuchar como todo avanzaba y supo que en aquel lugar también estaba Voldemort y tal vez alguno de sus vasallos, descubriendo que era Colagusano de quien se trataba. Escucho como este mismo, arrastraba a Harry y lo amarraba a una tumba cercana, quería ayudarlo, pero no encontraba ningún modo más que fingir estar muerta ya que no quería mostrar ningún signo de vida.

—¡Hazlo, ahora!—Murmuro la voz fría que parecía provenir del bebé que tenía Colagusano. Segundos después se escucho como lo lanzaba a un caldero.

Sin más, Colagusano tomo un hueso de la tumba en la que estaba amarrado Harry.

—El hueso del padre, tomado sin permiso.—Murmuro Colagusano y deposito un hueso en el caldero.—La carne del sirviente, entregada voluntariamente.—Siguió y corto su mano para dejarla caer en el caldero.—Y la sangre del enemigo, tomada por la fuerza...—Se dirigió a Harry, con una daga, rasgo la piel del brazo derecho de Harry y la deposito en el caldero.—Para resucitar al Señor Tenebroso.

Rápidamente, Colagusano se alejo del caldero y este mismo se consumió con la poción que había en él, dando paso a el resurgimiento de Voldemort. Este sin perder más tiempo, camino hacia Colagusano y pidió su brazo para llamar a los mortifagos mediante la Marca Tenebrosa. En ese mismo instante el aire comenzó a tornarse distinto y claramente se escuchaban sonidos de capas y pasos de magos que habían llegado al cementerio. Arabella quería que fuese ayuda, pero no era así.

Muchos magos con tunicas oscuras y mascaras se acercaron atónitos al ver al Señor Tenebroso, uno de ellos se arrastro hasta él y beso la tunica que tenía puesta. Varios imploraban su perdón, mientras este uno a uno les reclamaba por no haberlo buscado antes.

—Mi señor, si hubiera detectado una vista de su paradero, lo hubiese buscado... Le aseguro que yo nunca he renunciado a la magia tenebrosa...—Era Lucius, el padre de Draco.—Esta cara que me he visto obligado a mostrar cada día desde su ausencia, es mi verdadera máscara...

La chica que estaba ahí, aún tumbada sobre el pastizal no sabía cómo reaccionar, ella sabía que Lucius era un mortifago incluso desde el Campeonato, pero no daba crédito a lo que estaba escuchando.

—Y aun así escapaste de la Marca Tenebrosa cuando un fiel mortifago la proyecto en el aire el verano pasado. Debo decir que tu demostración en ese mismo evento estuvo bien, divertida, me parecería decir... Pero aun así, me has decepcionado... Espero un servicio más leal en el futuro...

—Por supuesto señor, no tenga dudas de eso...—Dijo la voz temerosa de Lucius, que parecía haberse detenido unos segundos a mirar los cuerpos sin vida que se encontraban no muy lejos de la tumba donde se estaba Harry amarrado.—Y mi señor... Si no es mucha molestia... ¿Quienes eran ellos?

《 E f e c t o  M a r i p o s a . 》Where stories live. Discover now